¿Puede la idea de cuatro jóvenes terminar colapsando una ciudad? Conocemos la respuesta, ya que es justo lo que ha sucedido hace algunos días a raíz de la idea que surgió de cuatro estudiantes universitarios. Al descubrir que en la ciudad vecina, a 50 kilómetros de la suya hacían un plato fantástico, no dudaron en lanzarse a la carretera un viernes por la noche como plan para ir a cenar.
Al convertirse en una especie de "tradición" a medida que pasaban las semanas, empezaron a subirlo a sus redes sociales. Tanto conocidos como desconocidos empezaron a sumarse a esta iniciativa para probar los dumplings, el objeto de deseo de los cuatro amigos que iniciaron esta ruta de Zhengzhou a Kaifeng (China), hasta que un hashtag obró el milagro: "La juventud no tiene precio, pero el viaje nocturno a Kaifeng sí”, refiriéndose a la ciudad de destino.
La tendencia ganó popularidad, y cada vez más estudiantes se sumaron a la experiencia. Al principio, las autoridades respaldaron esta actividad como algo positivo, de forma que Kaifeng, una de las tantas ciudades chinas que buscan atraer a más turistas nacionales, ofreció incentivos como entradas gratuitas a varias atracciones.
Lo que empezó como un paseo nocturno terminó en caos inesperado
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Este asunto se está saliendo de control, incluso algunas universidades de la provincia de Henan han tenido que imponer toques de queda a sus estudiantes. Las plataformas de bicicletas compartidas piden a los usuarios que eviten andar en bicicleta durante la noche o realizar viajes largos.
Los diarios locales describieron el fenómeno como una “oleada de jóvenes viajeros” de Kaifeng y anticiparon, de manera prematura, que la afluencia máxima se había alcanzado el fin de semana pasado con unos 2,000 estudiantes. Informaron que muchos de ellos aprovecharon su llegada a la ciudad para explorar sus atracciones culturales e históricas, infundiéndole nueva energía a este destino milenario.
Sin embargo, la llegada de estudiantes siguió aumentando y se estima que el pasado viernes por la tarde entre 100,000 y 200,000 estudiantes llenaron las calles, formando una multitud inesperada que generó quejas, especialmente de los residentes de Kaifeng, quienes comentaron que la ciudad estaba abarrotada y que las bicicletas y la basura se acumulaban en varias zonas.
En redes sociales, numerosos estudiantes pidieron disculpas por el desorden, aunque defendieron la iniciativa. Mientras tanto, varios ciudadanos expresaron su descontento con la gestión de las autoridades y los medios, quienes alentaron esta actividad sin prever el soporte y la infraestructura necesarios.
Como respuesta, se prohibió la circulación nocturna de bicicletas, advirtiendo a la gente sobre los riesgos para la salud que supone utilizar bicicletas compartidas durante largas distancias, así que las plataformas de alquiler las bloquearon preventivamente.
A pesar de la suspensión de los paseos nocturnos, muchos estudiantes se quedaron con buenos recuerdos de la experiencia. Liu Lulu, estudiante de la Universidad de Henan entrevistada por el China Daily, capturó la esencia de estos paseos y el motivo de su éxito: "La gente cantaba y se animaba mientras subíamos juntos la colina. Se podía sentir la pasión de los jóvenes. Esto fue mucho más que un simple paseo en bicicleta".