Si has cogido un tren de Ouigo es probable que hayas sufrido algún retraso. Para ser más exactos tenías un 38 % de posibilidades, según la información que la compañía francesa ha recogido en su Informe de Calidad de Servicio de 2022.
Un ejercicio de transparencia que se agradece y que esperemos que sirva para aumentar la puntualidad. Aunque analizando los datos que aportan y teniendo en cuenta las experiencias de los usuarios, entre los que me incluyo, no parece una tarea fácil.
¿Por qué hay tantos retrasos en los trenes de Ouigo?
Para este estudio se han tenido en cuenta todas las demoras superiores a un minuto, aunque la media general se sitúa en 10 minutos.
Si nos vamos a datos todavía más específicos, encontramos que:
- Un 20,17 % de los trenes sale con retraso
- Un 36,74 % llega con retrasos inferiores a 60 minutos
- Un 0,51 % tiene retrasos de 60 - 119 minutos
- Un 0,68 % sufre retrasos de 120 o más
¿Los motivos? Ouigo asume que solo un 19 % son su responsabilidad y el 81 % se deben a causas ajenas, que van desde problemas en la circulación, la infraestructura, condiciones ambientales, o por culpa de los viajeros (en un 5,67%).
Visto así, se entiende que únicamente tienen margen de mejora sobre el 19 % de los retrasos, pero poco podrán hacer con el resto. Además, algunas razones son bastante ambiguas, como el tema de los pasajeros.
Mi experiencia con Ouigo en Barcelona-Sants
He viajado con Ouigo en tres ocasiones y en los tres trayectos de vuelta, de Barcelona a Zaragoza, el tren ha salido tarde. La primera fue el 25 de diciembre, día de Navidad, así que lo achaqué al gran tráfico de viajeros que había ese día, pero en las otras dos pasó algo similar en fechas no señaladas.
Por lo que pude observar, la demora en la salida fue provocada, sobre todo, por el gran volumen de personas que caben en cada tren y el tiempo que se necesita para que todos suban y se acomoden.
Los trenes de Ouigo pueden llevar hasta 1.018 viajeros si circulan 2 trenes combinados de 509 pasajeros cada uno. Casi el doble que un AVE de Renfe. Esto hace que sean más sostenibles, pero, por otra parte, provoca que el momento de la salida se retrase con mucha facilidad.
El embarque se abre 30 minutos antes de la salida del tren, pero las puertas se cierran cuando solo faltan 5 minutos para partir. Acomodar a 1.018 personas en media hora ya resulta bastante complicado. Y si tenemos en cuenta que gran parte de ellas pueden llegar unos instantes antes de salir, guardar la puntualidad se convierte en un imposible.
Los trenes son tan largos que a veces tienes la sensación de que vas a llegar caminando a tu destino, y no todos somos atletas que nos movemos a la velocidad del rayo. ¿Serán estas situaciones las que han denominado como "culpa de los viajeros"? Espero que no, más bien sería culpa de las matemáticas, que son muy tozudas: los minutos de embarque no dan para tantísima gente.
En mi caso, no hablo de retrasos muy exagerados, aunque el día de Navidad la demora si pasó los 30 minutos. Sin embargo, más allá de llegar tarde, lo peor fue la sensación de caos y aglomeración en la estación, que puso de los nervios a más de uno.
Algo que también refleja la encuesta del mismo informe; solo el 49% de los usuarios están satisfechos con la gestión de los retrasos, cuando otros indicadores, como la calidad-precio, la limpieza o la información superan el 90 %.
Es lo que tienen las opciones low cost, ahorras dinero, pero pierdes calidad en algunos servicios. Después ya toca elegir según tus prioridades en cada momento. Yo, por si acaso, en días festivos y operaciones retorno, creo que evitaré viajar con esta compañía francesa. Para el resto, me puede compensar perder un ratito.
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