La semana pasada, junto con miles de pasajeros que se desplazaban dentro de Estados Unidos para pasar Fin de Año con amigos o familiares, 9 viajeros intentaron volar desde Washington hacia Orlando.
Hasta aquí, todo normal. En el grupo había dos matrimonios, 3 menores y dos hombres (un abogado y un médico). Uno de los matrimonios no se ponía de acuerdo sobre qué asiento tomar cada uno: ventanilla o el centro.
El marido miró por la ventanilla para ver si estaban cerca del ala (esas cosas que hacemos todos) y cederle el asiento a su esposa. Uno de los pasajeros vecinos, que no comprendía lo que decían, llamó al personal de vuelo y pidió que bajaran al grupo ya que tenían actitudes “sospechosas”.
El grupo estaba integrado por 9 personas musulmanas con la vestimenta tradicional: 8 de ellos, ciudadanos nacidos en Estados Unidos (incluyendo los niños). El personal de la compañía AirTran les hizo bajar del avión, les devolvió los billetes y los dejó en tierra.
Después de las quejas correspondientes, les pidieron disculpas y les buscaron otro vuelo (de otra compañía) para hacer su viaje.
Pero ya era tarde.
Vía | Earthtimes