17 planes que no te imaginas que puedes hacer de vacaciones en Andorra

¿Qué se puede hacer en Andorra? El País de los Pirineos es uno de esos destinos turísticos que sorprenden una y otra vez. Primero, porque está realmente cerca. Segundo, porque ofrece en muy poco espacio una gran variedad de espacios y actividades. Tercero, porque lo uno y lo otro se resume en que siempre puedes volver a Andorra para ver algo nuevo.

Hemos seleccionado una lista de 17 cosas que puedes hacer cuando estás de vacaciones en Andorra. Más allá de ir de compras o de tumbarte a descansar mientras repones fuerzas y pilas, el Principado ofrece algunas actividades que muchos visitantes a menudo ni siquiera sospechan que existen.

1. Recorrer de noche la Ruta del Hierro

Desde principios del siglo XVII hasta finales del XIX, la Historia del hierro se muestra al visitante a través de la Farga Rossell, una antigua forja donde se recrea cómo era el trabajo que realizaban los maestros del antiguo arte del forjado; la Mina de Llorts, que incluye la visita a una galería de 30 metros de longitud en la que se aprecia el trabajo de prospección y extracción del mineral; y el camino de los Hombres de Hierro, un camino llano que servía para llevar el mineral a las forjas y que cuenta con nueve esculturas en homenaje a los trabajadores del hierro. En julio y agosto, se realiza la Ruta del Hierro Nocturna, de martes a sábado a partir de las 21:30 h. El recorrido dura una hora y media, aproximadamente.

2. Pasear por Andorra en quad

Son muchos los caminos que existen para recorrer Andorra en quad. El perfil del país y los paisajes que podemos descubrir hacen de esta actividad un imprescindible para cualquier visitante que quiera ver la cara más natural de este país singular: desde Grau Roig hasta el lago de Pessons, o los alrededores de Vallnord, o la que fuera ruta de contrabandistas por el puerto de Cabús, son algunas de las muchas ofertas que se pueden encontrar para dar un paseo en quad, siempre acompañados de guías profesionales, y con recorridos establecidos en función de su nivel de dificultad.

3. Pescar truchas en un lago tranquilo

Pescar truchas en Andorra es una de esas actividades que pasa desapercibida a la mayoría de los visitantes que visitan el país por primera vez, o que han viajado a este territorio pirenaico pero no han descubierto nada nuevo. De hecho, el Principado de Andorra cuenta con una inmensa cantidad de lugares en los que pescar truchas, como el lago de Engolasters, adonde se puede acceder en coche, o el pequeño río de Incles, que ofrece un nivel bajo de dificultad para el principiante. Es sencillo encontrar otros puntos tranquilos donde realizar esta actividad. Hace falta licencia de pesca, que está disponible en las oficinas de Turismo tanto por temporada como por día.

4. Ver gratis Scalada: Storia, del Cirque du Soleil, en un espectáculo único e irrepetible

Es ahora o nunca. Por tercera vez. este mes de julio el Cirque du Soleil regresa a Andorra con un espectáculo completamente nuevo que se inspira en las leyendas del país. 'Scalada-Storia' se representará al aire libre, en el centro de Andorra la Vella, y es un espectáculo exclusivo que sólo se podrá ver durante este verano, y solamente en Andorra. Desde la liberación del país pirenaico por Carlomagno, pasando por la historia de la Dama Blanca, protectora de las montañas, hasta llegar a la leyenda de la Argolla de Fontargent, 'Scalada: Storia' se representará de martes a sábado durante el mes de julio, para un aforo de 2.500 espectadores con asiento de pago (15 euros), y 2.500 espectadores de pie (gratuito).

5. Visitar el Museo Nacional del Automóvil

¿Ir a Andorra para ver coches? Pues sí, porque el Museo Nacional del Automóvil (Av. de Joan Martí, 64, Encamp) permite, de martes a domingo, ver cómo ha evolucionado la movilidad desde la máquina de vapor hasta la década de los 70, sin olvidar el papel de la bicicleta y sus continuas mejoras tecnológicas a lo largo del tiempo. La entrada cuesta 3 euros para los adultos, y es gratis para los niños, que podrán volver al pasado para aprender cómo viajaban nuestros mayores. Además, el Pasaporte de los Museos, válido para la gran mayoría de museos andorranos, cuesta 19 euros si es individual, 10 euros para grupos de 2 a 6 personas, y 8 euros para grupos de más de 7 personas.

6. Pedalear por el País de los Pirineos

Si se puede recorrer en quad, también se puede pedalear. Andorra ofrece una enorme variedad de recorridos con niveles de dificultad de todo tipo. Si somos unos verdaderos expertos en el mundo de las dos ruedas y el esfuerzo muscular, nos vendrá de perlas recuperar los puertos de Arcalís y de la estación de Pal o el Coll de la Gallina, donde se han decidido muchas ediciones del Tour de Francia, la Vuelta a España o la Volta Catalunya. Y si no nos vemos tan preparados, siempre podemos quedarnos en los senderos más tranquilos mientras nos preparamos para disfrutar una cita que llegará a finales de verano: La Vuelta.

7. Ver pasar La Vuelta a España 2015

Por primera vez, el Principado acogerá una etapa íntegra de La Vuelta Ciclista a España. El itinerario marcado es espectacular, con 138 kilómetros de recorrido y un desnivel acumulado de metros a lo largo de seis puertos de montaña, que promete no poner las cosas fáciles a los participantes. La 11ª etapa saldrá del centro de Andorra la Vella el día 2 de septiembre, para luego dirigirse hacia tierras leridanas.

8. Hacer senderismo en el Patrimonio de la Humanidad, o en cualquier otro bello lugar

El impresionante Valle del Madriu-Perafita-Claror fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004, y es un paraíso para hacer senderismo. El Parque Natural de la Vall de Sorteny, con más de 700 especies de flores y plantas, y el Parque Natural Comunal de les Valls del Comapedrosa, que es el pico más alto de Andorra (2.942 m), completan la oferta más atractiva para la práctica de este relajado deporte.

9. Oler el Museo del Perfume en la ciudad

Situado en el Centro Júlia de Escaldes-Engordany, en plena capital de las compras, el Museo del Perfume permite viajar por los diferentes contextos que han acompañado a las fragancias a lo largo de la historia, con un repaso a las necesidades, las creencias y los gustos de la sociedad en cada momento. Como complemento, el Camino de los olores ofrece a los visitantes un recorrido olfativo urbano por las plantas aromáticas propias del país. La entrada cuesta 5 euros, pero también está incluida en el Pasaporte de los Museos.

10. Alcanzar lo inalcanzable gracias a las vías ferratas

Las vías ferratas son unos itinerarios creados en zonas de difícil acceso donde hasta hace poco tiempo era impensable trepar si no era realizando escalada con todo tipo de aparejos.

Hoy, un amplio equipamiento de escaleras, cables y rejas facilitan que ascendamos por la roca de la montaña con total seguridad. Andorra cuenta con 16 vías ferratas, organizadas por niveles de dificultad. No es necesaria la experiencia en escalada: al fin y al cabo, hablamos de subir una escalera peldaño a peldaño... hasta la cima de la montaña.

No todo el recorrido es igual de escarpado, y además los parajes en los que se desarrolla esta actividad cuentan con pasarelas y escalas para que sientas la aventura sin correr riesgos.

11. Ver las mejores microminiaturas del mundo... con la ayuda de un microscopio

Si no te suena el nombre del ucraniano Nicolai Siadristy, no te suena el nombre del mejor microminiaturista del mundo. Su Museo de la Miniatura está en Ordino (Edifici Maragda), y cuenta con una colección de obras de arte que sólo se pueden observar a través del microscopio. Algunos ejemplos son la bandeja con la botella y el vaso de vino que se mantienen sobre un grano de sal, o la caravana que pasa por el ojo de una aguja, como si de un camello bíblico se tratase. Todo un pequeño gran imaginario que no te puedes perder, por sólo 5 euros, aunque este museo está incluido también en el Pasaporte de los Museos.

12. Contemplar la arquitectura románica

Son varias las joyas del Románico que se encuentran en Andorra. Si hay que destacar tres visitas imprescindibles, estas son el pueblo de Pal, en la parroquia de la Massana, que nos permite adentrarnos en el mundo del arte románico; la iglesia de Santa Coloma, en la parroquia de Andorra la Vella, que se reconoce fácilmente por su campanario lombardo de planta circular y cuatro pisos de altura; y el Santuario Viejo de Meritxell, cuya iglesia sobrevivió al incendio que destruyó el edificio principal en 1972 y que hoy sirve como sala de exposiciones. Aparte, hay más de cuarenta templos por todo el Principado que te permiten ver de cerca la impronta que dejó el Románico en este país, incluyendo la misma Santa Coloma, Sant Romà de les Bons o Sant Miquel d’Engolasters.

13. Practicar el enoturismo

Quizá a muchos viajeros les extrañe saber que en Andorra se elabora un vino de altura. Eso es así gracias al esfuerzo de los viticultores que han hecho de la elaboración del vino un arte basado en la calidad y en la singularidad de un producto propio que nace en un terreno en principio poco proclive a ofrecerlo. Para conocer los detalles, nada mejor que pasarse por las cuatro bodegas andorranas, que se encuentran en Sant Julià de Lòria: Borda Sabaté 1944, Casa Auvinyà, Casa Beal y el Celler Mas Berenguer.

14. Cabalgar por los caminos del pasado

Es obvio que este pequeño país esconde una gran cantidad de rincones que merecen ser descubiertos, y una buena manera de hacerlo es al ritmo que marcan los tiempos en los que se crearon esos rincones: a lomos de un caballo que nos haga experimentar las sensaciones de libertad, naturaleza y aventura que los históricos habitantes del País de los Pirineos debieron de vivir en sus propias carnes. Las hípicas l'Aldosa, en la Massana, o El Tarter, en Canillo, son algunas de las que ofrecen este tipo de salidas a caballo por Andorra.

15. Aprovechar la oferta de ocio nocturno...
y de relax para recuperarte después

Las discotecas El Temple y Festa Andorra concentran la mayor afluencia de visitantes en Andorra la Vella, pero también vale la pena el Surf en Arinsal. Y si quieres pasar un rato más tranquilo, La Fada Ignorant o Sico de sans en Andorra la Vella, Pampa en Arinsal o Califa en Escaldes-Engordany, te pueden venir bien para pasar un rato agradable. El país cuenta con tres líneas de bus nocturno y taxis para que no tengas que preocuparte por la vuelta al hotel. Si lo que necesitas es un poco de relax después de la fiesta, nada mejor que visitar el termoludismo de Caldea, o si te conviene algo más específico, una visita al reparador Inúu te ayudará a reencontrarte contigo mismo.

16. Jugar con los más pequeños de la casa

Naturlandia, en la parroquia de Sant Julià de Lòria, es un espacio pensado para los niños y para las familias. Allí se pueden realizar muchas actividades de todo tipo: desde visitar el Parque de Animales hasta aprender a tirar con arco, jugar al golf o trepar por los árboles en un espacio protegido y delimitado. También pueden pasar un buen rato los más pequeños (y los no tan pequeños) en el Airtrek, el mayor sky trail de Europa, que cuenta con 10 torres y con una dificultad dividida en tres niveles, para que cada uno pueda disfrutar en función de sus capacidades. No te pierdas la actividad más conocida de Naturlandia. Sube y disfruta de sensaciones únicas en el tobogán alpino más largo del mundo: 5,3 Km de emociones.

17. Y por supuesto, salir de compras

Ir a Andorra sin salir de compras es hacer una visita incompleta. Moda y complementos, perfumería, música, gastronomía, deporte, gadgets, tecnología… Hay de todo para perderse por las más de mil tiendas de Andorra la Vella, Escaldes-Engordany y Pas de la Casa de lunes a domingo, de 9 a 20 horas (y los sábados hasta las 21 horas). El volumen de compras máximo que queda exento de impuestos, si hablamos de productos industriales de consumo propio y no sujetos a legislación especial, es de 900 euros. En el sitio web de la aduana encontrarás cumplida información sobre estas cuestiones.

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