Museo de la Porcelana de Meissen

Nos encontraremos a la pequeña ciudad de Meissen en un recodo del río Elba. Lo primero que nos sorprenderá es un promontorio rocoso sobre el cual se encuentra el castillo de Albrechtsburg construido en el siglo X. Luego, nuestra vista se irá irremediablemente a las piezas de porcelana de Meissen que son casi la imágen de la ciudad.

Tener unas tazas de té con la famosa marca de las dos espadas, era un signo de categoría. Hoy la porcelana es aún uno de los recuerdos de viaje más buscados en Alemania. La fábrica de porcelana de Meissen ha producido piezas de enorme calidad desde 1710 cuando los secretos de la fórmula eran guardados en un laboratorio del mismísimo castillo de Albrechtsburg al que muy pocos tenían acceso.

El estilo de la porcelana de Meissen ha sido desde siempre muy exótico e innovador para la época. Sintió la influencia del arte oriental y estableció tres modelos de vajilla completa que fueron usados durante estos 3 siglos en las casas reales de Rusia, Francia o Inglaterra.

Podemos encontrar algunas grandes colecciones de piezas de Meissen en todo el mundo, entre ellas la Vanderbildt y las que figuran en el inventario de muchos museos: como el juego de té y café de la foto (año 1745) de la colección Ailsa Mellon Bruce que se expone en el Carnegie Museum of Art, Pittsburgh, Estados Unidos.

Hoy en día su estilo se ha sabido adaptar y seguir el gusto actual. Unos 300.000 visitantes pasan cada año por su museo y fábrica en este pequeño pueblo de apenas 25.000 habitantes. En su Museo de la Porcelana pueden verse piezas de excepción, incluyendo las famosas vajillas "de cebolla" o Zwiebelmuster y las Schwanenservice o del cisne.

El acceso al museo es ya impresionante porque su fachada son enormes placas de porcelana de 9 metros de altura en las cuales está impresa la historia de la marca y el proceso tradicional de fabricación de la porcelana. Digno de visitar.

Los precios son estratosféricos, pero si quieres quedar bien con tu madre, puedes comprarle un dedal Meissen por unos 10 euros.

Foto | Moira Burke En Diario del Viajero | Delf: la capital holandesa de la cerámica azul, Karlovy Vary, en el corazón de la Bohemis checa

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