Una construcción que fue alcanzada por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, pero cuya torre, de 68 metros de alto se mantuvo en pie como un símbolo de la destrucción, el dolor y la sangre derramada durante el conflicto que mantuvo en vilo al mundo entero.
Ubicado junto a la avenida de Kurfürstendamm en Charlottenburgo, el templo se conserva como un memorial y se lo ha declarado como un monumento protegido aunque ahora, a su lado, se alza la iglesia moderna y una nueva torre.
Cabe destacar que la iglesia se construyó entre 1891 y 1895 con un estilo arquitectónico neorrománico. Una edificación que contaba con varias torres y una hermosa nave central, decorada en su interior con mosaicos que rememoraban capítulos de la vida y las hazañas del emperador Guillermo I.
Pero después de 1943, cuando las bombas cayeron allí, sólo se mantuvo en pie la torre que se decidió conservar. De este modo, se trabajó para que los vestigios del templo se convirtiesen en una zona segura y es por ello que, ahora, puede ingresarse y conocerlo.
Así, la torre se ha ganado el nombre de “el diente hueco” o “muela picada”, justamente por el aspecto que presenta producto de la acción de las bombas que cayeron sobre ella. En tanto, en su interior aún pueden apreciarse algunos mosaicos originales, una cruz ortodoxa donada por la Iglesia Ortodoxa Rusa en honor a las víctimas del nazismo y una muestra fotográfica con el antes y el después del desastre.
En su exterior, en tanto, además de las acción de las bombas, quien mire detenidamente verá en la construcción detalles que tienen que ver con el estilo de la Iglesia y el reloj de diseño clásico.
Pero, sin dudas, algo que también llama la atención son las dos construcciones modernas que rodean a la antigua iglesia. Dos construcciones que fueron diseñadas por Egon Eiermann y que se alzaron entre 1957 y 1963.
Una de ellas es la iglesia moderna conocida, por su forma, como “la polvera”. Claro es que se presenta octogonal, hecha en concreto y cubierta por 20 mil cristales coloreados de color azul que hacen que su interior sea penetrado por una luz de ese color.
Por su parte, la nueva iglesia cuenta con la imagen de Cristo en la cruz que manda en el altar mayor. Se trata de una obra de Karl Hemmeter.
En tanto, la otra construcción es conocida por el nombre de "el lápiz de labios" que se alzó como nuevo campanario de forma hexagonal y con ventanales también azules, siguiendo la línea de la iglesia moderna. Pues hoy, allí, pueden adquirirse recuerdos o souvenirs del monumento.
Y así, quienes lo deseen podrán acceder a tours guiados que comienzan cada 30 minutos y se brindan de forma gratuita. Pero, aquellos que deseen concertar una cita para un tour grupal en inglés o en francés, deberán pagar 4 euros por el servicio.
Sin dudas un paseo obligado para quienes visiten Berlín. Un recuerdo de un capítulo muy oscuro de la historia mundial que se mantiene en pie para que jamás se olvide lo que allí pasó.
Sitio Oficial | Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche Fotos | María Sol Rizzo En Diario del Viajero | Curiosidades de Berlín (II)