En la zona de los museos de Ámsterdam, la Museumplein, sin duda destaca como edificio imponente el Museo Nacional de Holanda, el Rijksmuseum, en el que vamos a hacer una parada, ya que se trata una de las visitas obligadas en la ciudad.
El edificio fue construido a fines de siglo XIX, diseñado por el mismo arquitecto que la Centraal Station (Pierre Cuypers) e inaugurado en 1885. Nació de la mano de Luis Bonaparte, hermano de Napoleón, y alberga una de las colecciones de arte mas importantes del mundo, con obras de Rembrandt, grabados, documentos históricos, esculturas...
La visita de este museo puede llevar varias horas, aunque en la actualidad se está llevando a cabo una gran reforma que mantiene cerrada la mayor parte del museo. Lo que podemos visitar en estos momentos son "The Masterpieces", las obras maestras, en una mínima parte del Rijksmuseum, una visita corta pero imprescindible.
El precio para disfrutar de las Masterpieces es de 11 euros para los mayores de 18 años (menores, entrada gratuita). El museo abre todos los días de 9 a 18 horas y los viernes hasta las 20'30. Cierra el 1 de enero.
El resto de la colección del Rijksmuseum se está mostrando en otros museos holandeses y en distintos lugares del mundo. Una lástima no haber podido disfrutar del museo al completo en mi visita, pero lo dejo pendiente para otra ocasión, después de 2013, cuando se reabra totalmente.
El museo es célebre por su excepcional galería de pintura de los siglos XV al XVII, especialmente del esplendoroso XVII, cuando los Países Bajos estaban en el auge de su historia. Incluye también cuadros del XVIII y XIX, una sección de escultura y artes decorativas, un departamento histórico, un gabinete de estampas, una colección de trajes y tejidos, y una sección de arte asiático...
Las Masterpieces pretenden ofrecer un panorama de el periodo de florecimiento de los Países Bajos. Tenemos desde curiosas casas de muñecas a cerámica, pasando por orfebrería, joyas y, cómo no, por las pinturas de los grandes maestros.
En la planta superior se dedica una sala a Rembrandt, otra a sus discípulos, también a Jan Steen, a Johannes Vermeer y a Frans Hals. Destaca la impresionante "Ronda de noche", de Rembrandt, una obra imprescindible del arte mundial. "La Novia judía" de Rembrandt, "La Cocinera" y "La Mujer de azul leyendo una carta" de Vermeer también son obras maestras para deleitarse en ellas, y personalmente me gustó mucho el apartado de casa de muñecas (en la planta baja) y de orfebrería.
El museo cuenta con audioguías y folletos explicativos de las obras más importantes en español. Vale la pena detenerse en muchas de esas obras para aprender un poco más de su arte. La visita, con sólo una parte del museo abierto, puede llevarnos cerca de dos horas, aunque si somos rápidos en una hora habremos recorrido las salas. Ahora bien, cuando esté abierto al completo ya podemos planear un día para el Rijksmuseum...
La visita está adaptada para sillas de ruedas o cochecitos de bebés y hay una tienda donde comprar todo tipo de recuerdos. No se puede hacer fotos, usar teléfonos móviles ni grabar vídeos en su interior, y la entrada da derecho a descuento en un bar que se encuentra al lado del museo, junto al famoso letrero de "I amsterdam".
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