No se trata de una visita frecuente si disponemos de poco tiempo para ver Budapest, pero puede ser interesante si la estancia en la ciudad se alarga. La antigua ciudad romana de Aquincum, con sus restos arqueológicos y su Museo, se pueden ver en las afueras de Budapest.
Los restos de Aquincum fueron desenterrados a finales del siglo XIX y hoy constituyen uno de los parques arqueológicos más grandes de Hungría. La reconstrucción de la ciudad con vistas a facilitar su visita fue realizada entre 1960 y 1970.
Originariamente fue un poblado celta, civilización que que llegó a la zona en el año 400 a.C. Más adelante pasó a ser destacamento militar, en la época romana. Se encontraba en el borde noreste de la provincia romana de Panonia y se piensa que parte del libro "Meditaciones" pudo haberlo escrito Marco Aurelio en Aquincum.
Alrededor del fuerte, gradualmente fue creciendo una ciudad, que llegó a contar con todas las comodidades y avances del Imperio Romano, llegando a su esplendor entre los siglos II-III d. C.
En esa época se convirtió en una ciudad compuesta de palacios públicos, anfiteatro, los baños, calefacción... En el año 376 fue conquistada por los vándalos y con el paso de los siglos la antigua ciudad fue abandonada.
Las ruinas o restos romanos de Aquincum, que es lo que verdaderamente merece la pena, se pueden visitar en temporada alta, de abril a octubre y no en temporada baja siempre ya que el tiempo es húmedo y el suelo resbala. Todo el año se puede acceder a las exhibiciones del museo.
En el parque arqueológico se puede pasear por las antiguas calles de Aquincum y contemplar los restos de los templos, tiendas, casas y baños de la ciudad, muestras del sistema de alcantarillado, el mercado... Solo es una pequeña muestra de lo que fue la antigua ciudad, pero sirve para hacerse una idea de su grandeza.
Y si queremos saber un poco más, podemos visitar el museo de Aquincum, en un edificio de estilo neoclásico, con una historia de más de 110 años y donde se expone una pequeña colección de restos celtas y romanos, estatuas y mosaicos, vestigios de la ciudad civil de Aquincum, incluidos los edificios públicos más característicos y docenas de casas privadas, que reflejan la distribución de la ciudad durante los siglos II y III.
El parque Arqueológico y el Museo de Aquincum se encuentran a unos 9 kilómetros al norte de Budapest. Se pueden visitar desde el 1 de noviembre hasta el 31 de marzo de 10:00 a 16:00 horas (el parque arqueológico solo se podrá recorrer si el tiempo es seco, en temporada alta); desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre de 10:00 a 18:00 horas (el parque abre una hora antes). Cierra los lunes.
La entrada cuesta unos 5 euros al cambio en temporada alta, unos 3 euros en temporada baja y el mismo precio si solo se quiere recorrer los restos arqueológicos y no el museo. Existen descuentos interesantes para estudiantes, pensionistas, familias... y la entrada es gratuita con la Budapest Card.
Sitio Oficial | Aquincum
Fotos | Carole Raddata, Kevin Hoogheem y Kevin Hoogheem en Flickr-CC