La mejor forma de ayudar a Japón tras lo sucedido es viajando al país del sol naciente y conociendo las muchas maravillas que nos ofrece. Un ejemplo es el fabuloso templo Sanjūsangen-dō de Kyoto.
El Sanjūsangen-dō es uno de los templos budistas más representativos de Kyoto. Y eso es mucho decir si tenemos en cuenta que en esta ciudad hay más de 2.000.
Está ubicado al sur del Higashiyama, y una buena forma de llegar hasta allí es pillando los autobuses 206 y 208 y apearse en la parada de Sanjūsangen-dō-mae. Entrar al templo cuesta unos 600 yenes (5,1 euros), y suele estar abierto desde las 8 de la mañana hasta las cinco de la tarde.
Se trata de una construcción bastante estrecha y alargada. Por fuera es hermoso, pero el tesoro de este templo es su interior. Se trata de una colección de 1.001 estatuas budistas doradas, entre ellas un gran buda que tiene 500 figuras alineadas a cada lado.
Las 1.001 estatuas están dedicadas a la diosa budista de la misericordia, y lo más fascinante, es que no hay ninguna igual. Cambian las expresiones de la cara y la de los múltiples brazos que tiene cada figura.
Además de por sus estatuas, el templo es muy célebre por las competiciones de tiro con arco que se celebran durante el Tōshi-ya Matsuri, un festival que se celebra el 15 de enero desde el periodo Edo.
Todo aquel que participe en este festejo disparará flechas de un lado al otro de la sala durante 24 horas seguidas. La leyenda cuenta que en 1686 un arquero logró más de 8.000 flechas, cosa bastante improbable viendo las dimensiones del templo Sanjūsangen-dō de Kyoto.
Imagen | Peter E. Lee
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