Es una nueva tendencia turística que está siendo todo un éxito. Consiste en darse la gran vida en un viaje a puro lujo para futuros padres antes de verse inmersos por completo entre pañales y biberones.
Yo, a mi manera, hice mi propio viaje de “babymoon” a la playa con siete meses de embarazo, sabiendo que en poco tiempo dejaríamos de ser solo dos para siempre.
Hay agencias y hoteles como los W Hotels de Nueva York que se encargan de organizar este tipo de viajes pre-bebé, incluyendo compras para el retoño y guías para papás y mamás.
Tampoco quedan fuera el buen comer, el relax y los tratamientos de belleza. Evidentemente, la buena bebida, queda aplazada hasta el siguiente viaje.
Una buena manera de cargar las pilas ante lo que se avecina. Una propuesta muy tentadora y relajante para parejas en los últimos meses de embarazo a la que me apuntaré antes del próximo bebé.
Vía | Luxist Más información | Times Online