A continuación, algunos ejemplos sorprendentes.
Mandioca
La mandioca es la principal fuente de alimentación de Nigeria, Sierra Leona y Ghana.Sin embargo, la mandioca era venenosa hasta que se descubrió la cocción. Y es que la mandioca, un tubérculo procedente de Sudamérica, contiene pequeñas cantidades de cianuro, y su ingestión puede provocar konzo, una enfermedad paralizante. No obstante, al hervirse la mandioca se convierte en una dulce fuente de calcio, fósforo y vitamina C, siendo así hoy en día la tercera fuente de hidratos de carbono comestible más importante del mundo.
Barro
En el valle de Katmandú, situado en el Himalaya, el barro es un condimento más. Aunque de una forma un tanto sutil.
Lo que importa es que, a la hora de cocinar los mangos, limones o pepinos, el recipiente sea de barro, porque al cocinar con arcilla porosa ésta libera las sales que tiene en su interior. Sí, en el interior de la propia arcilla. Estamos, pues, en un caso en el que la superficie de cocción reacciona con los alimentos de manera beneficiosa.
Frito romano
Las grasas alcanzan una temperatura mucho más elevada que el agua, y la comida se cocina más rápido en aceite, amén de dorarse por fuera para deleite de nuestros paladares. Este es el resultado de la reacción Maillard, una interacción entre las proteínas y los azúcares a altas temperaturas, responsable de muchos de los sabores que nos resultan más atractivos: la costra dorada de las patatas fritas, una oscura cucharada de sirope de arece.
La fritura romana ha dado cosas como los calamares a la romana, llamados así por la costumbre que tenían los misioneros jesuitas romanos, quien en los tiempos de "vigilia” (tiempos hacia la cuaresma), para pasar el ayuno o abstinencia, comían verduras y algún pescado, generalmente rebozado y en fritura, para darle alguna gracia y hacerlo más contundente.
Escasez
En épocas de escasez de alimentos y de recursos en general, las familias debían preocuparse de cocinar los alimentos de la forma más eficiente posible, es decir, en una sola olla, y sin desperdiciar nada. Cada pueblo tiene su propia variante de platos cocinados con una sola olla, así como sus propias ollas con las que cocinar dichos platos: pot au feu francés, estofado irlandés, dobrada portuguesa o cocido español.
No es casualidad que la sopa casi siempre haya sido la comida que se da a los pobres en los comedores de caridad. Si no hay suficiente para todos, basta con añadir algo de agua y ponerla a hervir un ratito más.
En 1933, el gobierno de Hitler anunció que los alemanes deberían reservar un domingo del mes, entre octubre y marzo, para comer un plato de estas características: el Eintopf.
La idea era que así la gente ahorraría dinero para poder donarlo a los pobres. Los libros de cocina se reescribieron a toda prisa para ir en la línea de esta nueva política, e incluían, cuando menos, sesenta y nueve tipos de Eintopfs: macaroni, goulash, estofado irlandés, sopa de arroz serbia, numerosos potajes a base de repollo y sopa de patatas alemana.
Fotos | Wikipedia En Diario del Viajero | Cocina del mundo: mis tres platos preferidos | Cocina canaria