En nuestra visita a la isla de Gozo (Malta) tuvimos tiempo de trasladarnos a la Edad Media paseando por las calles de Victoria, conocida por los lugareños como Ir-Rabat. La única ciudad (pequeña) en esta isla tranquila dominada por los paisajes campestres, las costas cristalinas y los pueblos peculiares.
Dicen que todos los caminos de Gozo llevan a Rabat, cuya Ciudadela tiene orígenes en la Baja Edad Media, aunque la colina en el corazón de Gozo fuera habitada desde el Neolítico y convertida en acrópolis por romanos y fenicios. Una colina visible desde muchos puntos de la isla y a la cual nos vamos a subir recorriendo sus calles empedradas.
La Antigua Ciudadela (También llamada Citadella o Kastell) fue construida en este lugar estratégico y hoy perdura con un aire medieval entre imponentes murallas abiertas por la gran puerta que nos recibe. Dejamos atrás la ciudad moderna, surcada por el tráfico y el discurrir cotidiano de sus habitantes y nos introducimos en la ciudad antigua.
Las estrechas calles de la Ciuadela fortificada, casi vacías en un soleado día de invierno, nos transmiten un sosiego que nos hace pensar si no estaremos en un decorado. Pero no, hay vida en sus tiendas, en su casas, en sus bares (donde, por cierto, probaremos algunos platos locales deliciosos).
Nos recuerda, salvando las distancias, a la "Ciudad del silencio" en la isla de Malta, Mdina. Victoria fue refugio contra el ataque de los corsarios y sarracenos, aunque en diversas ocasiones Gozo fue invadida y su población sometida a esclavitud. No en vano la ciudadela está en una perfecta atalaya para otear el horizonte, un punto estratégico cerca del mar.
La ciudad fue fortificada tras el Gran Asedio de 1565 y hasta 1637 la población de Gozo fue obligada por ley a pasar las noches dentro de la Ciudadela por su propia seguridad. Más tarde, en tiempos de paz, la ciudad se amplió fuera de las murallas.
Subiendo un tramo de escaleras llegamos a una pequeña plaza donde se alza la Catedral de Gozo, de los siglos XVII-XVIII, fundiéndose con el entorno gracias a la piedra caliza con la que se construyó.
Se ubica en el antiguo emplazamiento de un templo a la diosa Juno y la mayoría de visitantes mira al techo buscando un duomo simulado: el techo es plano, pero la pintura, una obra de arte de la perspectiva, nos hace ver una cúpula. Si podéis, visitad también el Museo Catedralicio.
En la Ciudadela de Victoria además está la antigua prisión de la isla, en uso hasta principios del siglo XX y hoy reconvertida en parte en una sala de exposiciones. Junto a ella, también está la corte de justicia de Gozo. Otras de las paradas que podéis hacer si tenéis tiempo son Museo de Arqueología, capillas, nichos, el polvorín...
Parte del recinto amurallado está en restauración y parte lo vemos abandonado, lo cual acentúa ese aire antiguo y decadente. Pocas familias viven aquí, pero sí vemos lugares donde comer algo, museos y comercios abiertos al visitante.
En la ciudad además no nos podemos perder la animación en la plaza principal de It-Tokk sobre todo los días de mercado, donde podemos encontrar todo tipo de productos frescos, artesanía, antigüedades...
Pero lo que nos atrapa con sus callejuelas medievales es la Ciudadela de Victoria en Gozo, viendo la Catedral, asomándonos a sus murallas con la ciudad baja en primer término y los campos y el mar como horizonte, posando junto a cañones y laberinteando entre muretes y plantas chumberas antes de continuar recorriendo la isla y disfrutar de uno de los atardeceres más bonitos del mundo...
Más información | Visit Gozo
Fotos | Eva Paris
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