Si Yorkshire tiene algo característico no es únicamente el haber dado origen a la raza de perro del mismo nombre, sino el intenso color verde de su campiña.
Como he comentado en el post anterior, en mi viaje he descubierto un nuevo color: el verde Yorkshire. Lo primero que salta a la vista en las zonas rurales es el color que predomina en su paisaje. Al mirarlo, enseguida comprendes la auténtica procedencia del verde inglés.
Los prados tapizados de verde, verde musgo sobre las piedras, a la orilla de los ríos y un luminoso verde sobre los jardines que rodean los castillos y las casas señoriales. También sobre los acantilados y en los árboles, que por cierto en otoño adquieren unas tonalidades ocre muy bonitas.
No podemos imaginarnos las Cumbres Borrascosas de las hermanas Brontë sin las verdes colinas de Haworth ni los agrestes parajes costeros de The North York Moors en contraste con el azul del mar.
Al ver las fotos de mi viaje por Yorkshire hay muy pocas que no estén teñidas de verde, pues incluso en las de ciudades como Harrogate o York siempre hay algún pedacito de césped, árboles o plantas.
Debería inventarse un nuevo color llamado verde Yorkshire. Sería intenso, brillante, algo melancólico, misterioso y repleto de contrastes, como Yorkshire.
Os dejo con la galería de fotos donde he recopilado algunos buenos ejemplos.
Y luego de este arrebato poético de verde inspiración, seguiré contando qué se puede ver y hacer en la región.
Fotos | Propias, geograph.org.uk y Flickr (charlottel, :mrMark:'s, lostajy) bajo Licencia Creative Commons.