Pocas cosas hay en la vida que nos produzcan tanta emoción como una bonita puesta de sol cuando vamos en coche. En Europa existen carreteras famosas por sus vistas panorámicas. Los paisajes que se pueden contemplar cuando uno viaja en coche por ellas son absolutamente espectaculares. Parece mentira que se pueda contemplar tanta belleza a tan poca distancia de donde vivimos. En ocasiones, basta con cargar las maletas y lanzarse al descubrimiento de los países vecinos para poder contemplar lugares con unas vistas de esas que cortan la respiración.
Desde los Alpes a la campiña inglesa existen carreteras tortuosas y llenas de curvas al final de las cuales nos espera el premio de esas vistas que conmueven tanto que nos hacen enmudecer y nos emocionan tanto que, a veces, incluso se nos escapa un lagrimón.
Nuestra selección
En Noruega, cogiendo la E6 se puede atravesar el país de cabo a rabo, saliendo de Oslo se puede llegar hasta el Cabo Norte, entre fiordos, bosques, pueblos que parecen anclados en el tiempo, glaciales y montañas. Si se elige bien la época, se podrá ver incluso los efectos causados por la aurora boreal. Las vista sobre la isla de Moskenosoya en Lofoten son espectaculares, y las vistas sobre el Rhin y la Alsacia desde la cumbre del Monte Belchen en la Selva Negra de Alemania tampoco están nada mal, al igual que las vistas sobre el lago Titisee
La ruta por carretera desde Davos al Paso de Stelvio tiene aproximadamente 121 kilómetros de distancia, pero al ser una carretera construida en el siglo XIX y tener más de sesenta curvas, se tardan casi tres horas en recorrerla. Esta carretera pasa por el Parque Nacional Svizzer y por el lago de Livigno. Un recorrido que se abre sobre panoramas montañosos como hay pocos en el mundo.
Existe un puerto de montaña situado en el departamento francés de Alpes Marítimos, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul que es muy popular debido a que en él se celebra el Rally de Montecarlo. 23 kilómetros de curvas cerradas que permiten disfrutar de un paisaje absolutamente alucinante siempre que no se esté conduciendo, ¡claro!
En Austria son ya 50 millones de personas las que han recorrido la Grossglockner. Construida entre 1930 y 1935 esta carretera alpina fue construida sobre un antiguo camino. Este proyecto pudo realizarse gracias a la crisis del 1929 que permitió contratar a un montón de obreros. La carretera pasa a través del Hochtor por un túnel de 300 metros de largo. Curiosamente, al cavar para hacer este tunel se descubrió una escultura antigua de Hércules.
La carretera se ha convertido en la segunda curiosidad turística más visitada del país. Lo malo es que es de peaje (33 euros para los turismos, aunque las tarifas dependen del tipo de coche y de la hora). Debido a la nieve, la carretera se cierra desde principios de noviembre hasta finales de abril. Si tomamos la bifurcación que lleva a Franz-Josephs-Hôhe se puede disfrutar de una magnífica vista sobre el glaciar de Pasterze.
Algo que hay que aprovechar porque dentro de 80 años, al ritmo que va, este glaciar habrá desaparecido por completo. La Grossglockner une los Laeners austríacos, atravesando la cadena central de los Alpes durante 48 kilómetros. A cada lado de la carretera se alzan bosques y majestuosas montañas y puntos de interés cultural con muchos restos de la época céltica que convierten esta carretera en una de las más conocidas por los moteros.
En Gales está la B4560, una carretera estrecha y tortuosa que se abre sobre el Brecon Beacons National Park y las Montañas Negras, descubriendo toda la belleza de la campiña inglesa, de los montes de Gales y de los pueblecitos que la jalonan.
Si os llaman la atención tanto como a nosotros estas autenticas obras de arte que nos ofrece la naturaleza, desde aquí os animamos a organizar vuestro próximo viaje para salir a descubrir las maravillas de Europa.
Fotos | Fir0002, Valdachim, HolgerEllgaard, SanderHoogendoorn, JéremieForget, PeterBonnington, LuftbildDavos, Grischun MassimoMacconi, AndreasSchwarzkopf, ChristianMaier, Alchemist
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