Guía básica para viajar a Bulgaria

Bulgaria. Europa del Este. Esos países que aún conservan el misterio poético del comunismo, al menos desde los ojos de los visitantes occidentales. Confieso que, cuando me ofrecieron pasar seis meses trabajando en Sofía, la capital de Bulgaria, mi primera reacción fue de escepticismo. Después, sin embargo, pronto cambié a esa actitud más propia de los culos inquietos como yo y me dije ¿Por qué no?

Y es que nos dejamos llevar por prejuicios que nos impiden conocer países maravillosos. Bulgaria fue toda una sorpresa, por su cultura, por su naturaleza, sus ciudades y sobre todo, por la calidez de su gente. Un gran país, desconocido, y que guarda en su interior sorpresas maravillosas.

Bulgaria es un país relativamente pequeño, situado en el este de Europa, en la zona conocida como los Balcanes. Limita al norte con Rumanía, al sur con Turquía y Grecia, y al oeste con Serbia y Macedonia. Al este se encuentra el Mar Negro, límite natural del país. Como vemos, es un país que tiene de todo, mar, montaña, bosques impresionantes y ciudades históricas. Es difícil salir descontento del país.

La historia de Bulgaria es, como la de casi todos los países del Este, turbulenta. Tracios, romanos, turcos... La zona es un crisol de civilizaciones y culturas y su influencia se percibe aún hoy en día. Tras la II Guerra Mundial, Bulgaria se convirtió en un estado socialista y estuvo bajo la influencia de la Unión Soviética. En 1989 y tras el desmantelamiento de los estados socialistas y la caída del muro de Berlín el país se convirtió a una democracia parlamentaria.

Datos Básicos sobre Bulgaria

La moneda nacional es el Lev (en plural levas), que se compone de 100 stotinki. Un lev cuesta, más o menos, 0,50 euros, por lo que a los que estamos acostumbrados a manejar euros el cambio nos resulta además de sencillísimo, muy ventajoso. Bulgaria es un país bastante barato, especialmente si vamos como turistas.

El tiempo es relativamente cálido, lo que permite la explotación agrícola en buena parte del país. Digo relativamente, porque para mí, que soy del Sur de España, los seis grados bajo cero que viví el pasado Noviembre, acompañado de nevadas, se hicieron difíciles. Pero claro, todo depende de dónde vengáis... En general, en invierno podéis esperar mucha nieve, relativo calor en verano (para que os hagáis una idea, la media en verano fue de unos 32 grados), y lluvia durante todo el año, al menos en la capital.

El idioma es el búlgaro, y aquí me vais a perdonar, pero es uno de los idiomas más difíciles con los que me he topado a lo largo de mi vida. Además, como muchos países cristianos ortodoxos, utilizan el alfabeto cirílico, lo que no hace sino aumentar la dificultad a la hora de aprender del idioma. Aunque hay muchas palabras que se pronuncian igual que en castellano, el búlgaro no es un idioma fácil en el que defenderse. Por suerte, en casi todos los sitios comprenden el inglés, aunque no es raro encontrarte perdido en una estación de autobuses y descubrir que nadie comprende una palabra de lo que dices...

Cómo llegar a Bulgaria

Lo mejor y más práctico es llegar en avión. Desde España hay vuelos directos hasta Sofía, así como desde otras capitales europeas. Bulgaria cuenta con más aeropuertos, en las ciudades de Plovdiv, Burgas y Varna (estas dos últimas en el Mar Negro), aunque es más raro que reciban vuelos internacionales. En cualquier caso, desde el aeropuerto de Sofía se puede tomar un avión hacia estas ciudades, aunque suelen resultar caros en comparación con otros medios de transporte como el tren o el autobús.

En los aeropuertos (y en los principales sitios turísticos) todas las indicaciones están escritas en los dos alfabetos, por lo que podréis seguir las indicaciones sin dificultad. Una vez que hayáis aterrizado, comienza la aventura por uno de los países más bonitos del este de Europa. ¿Estáis preparados?

Cómo moverse por Bulgaria

La mayoría de la población se concentra en Sofía, la capital del país, y en las principales ciudades como Varna, Plovdiv o Burgas. La conexión entre las ciudades suele realizarse en trenes, bastante anticuados aunque muy baratos, y autobuses, algo más caros. Si sois más atrevidos, es muy fácil hacer autoestop en la zona de los Balcanes, por lo que podréis ahorraros algunas levas si preferís este medio de transporte. Las carreteras por lo general no son especialmente buenas, aunque el año pasado se inauguró (¡por fin!) la autopista que une la capital con el Mar Negro.

Fotos | Sarah Manzano
En Diario del Viajero | De Francia a Bulgaria en bicicleta, siguiendo los grandes ríos europeos

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