No está en un lugar demasiado céntrico, ni mucho menos bonito, pero si queréis ver algo en Moscú que se salga ligeramente de la ruta habitual, acertaréis acercándoos hasta el monumento a Pedro el Grande.
El monumento en sí es horroroso, las cosas como son. Tres carabelas, unas encima de otras, y en lo más alto, un personaje mirando al horizonte... ¿Cristobal Colón? Pues sí... a medias.
Resulta que la estatua es obra de Zurab Tsereteli, un artista ruso conocido por otros monumentos igual de bizarros. La versión oficial dice que ésta en concreto fue un encargo para conmemorar el 300 Aniversario de la Armada Rusa, pero las malas lenguas sostienen que en realidad fue hecha para llevarla a España con motivo la Expo’92... y nadie quiso quedarse con ella.
No creo que sea fácil afirmar o desmentir por completo ninguna de las dos teorías, pero lo que sí es cierto es que a simple vista, lo primero que uno piensa es que el monumento está en el país equivocado (¡si es que debería estar en alguno!). ¡Ah! Y que es demasiado grande... de hecho, está considerada la octava estatua más grande del mundo.
Y dicen también que si uno se fija en el cuello de la estatua (algo complicado, dada su altura...) se percibe claramente cómo la cabeza de Pedro fue puesta en el lugar de la original. ¿Será verdad?
Foto | maistora En Diario del Viajero | La estatua ecuestre más grande del mundo está en Mongolia, Candados del amor en un puente de Moscú