La semana pasada comentábamos el rotundo éxito que estaba cosechando el Bicing en Barcelona, colocándose por merecimientos propios no sólo entre las 10 ciudades más bici-friendly del mundo sino incluso a la vanguardia mundial en lo que a transporte público en bicicleta o biciturismo se refiere, situándose así a la altura de ciudades como Amsterdam o Copenhague, el buque insignia en este tipo de servicios.
Sin embargo, y a pesar de que cabría esperar que un servicio como éste sería muy bien recibido y por tanto también utilizado en cualquier gran ciudad o capital del mundo, en Bruselas el transporte público en bicicleta ha fracasado. Y parece que nada han tenido que ver ni sus calles adoquinadas, ni su tráfico, ni tampoco el clima. Es más, dichos condicionantes los comparte con su vecina Amberes y también con las ciudades francesas de París y Lyon, en las que el sistema ha cuajado con éxito. Según apuntan en TreeHugger, las razones de este fracaso han sido varias: la falta de compromiso por parte de la ciudad y del anunciante y sponsor de este sistema, el escaso número de estaciones y bicicletas por habitante (250 para un millón de habitantes), y la falta de conexión con sus 19 áreas suburbanas, que tiene su propio sistema y patrocinador. Por todo ello, el bicing en Bruselas es utilizado casi en exclusiva por turistas.
Viendo la relación entre la decidida apuesta que se ha realizado en Barcelona y la calurosa acogida y uso masivo que ha cosechado, parece que no van muy desencaminados los tiros. Eso sí, exceptuando el condicionante económico, ya que en Barcelona también es un servicio de pago y no por ello ha fracasado.
Vía | TreeHugger Sitio Oficial | CycloCity