Como de costumbre, viajar por tierras portuguesas es dejarse inundar por sensaciones nada comunes. Los mil azules de su mar. El perfume de un café con canela o de una minúscula copita de ginja de Óbidos. El sol sobre la arena de alguna de sus innumerables playas (dicen que una para cada persona, no lo dudo). El dulce sabor de unas queijadas y travesseiros de Sintra. La amistosa sonrisa de sus gentes.
La historia nos recibe en ciudades monumentales como Evora o en rincones como Mafra. Desde los vestigios de los primeros hombres prehistóricos, pasando por las grandes obras dejadas por los romanos, el esplendor del Siglo de los Descubrimientos hasta el día de hoy.
Encontraremos lo más cool en las tiendas de diseño del barrio de Chiado de Lisboa. Y veremos como trabajan hoy (como desde siempre) para lograr sus coloridas artesanías.
Portugal es un país pequeño y variado, cuya especial herencia navegante ha formado un pueblo que mira al mar y sabe valorar su historia y sus costumbres.
En esta oportunidad, estuvimos en la región del Alentejo, también en la Costa Azul portuguesa y en la región que rodea a la capital, Lisboa.
Recorramos juntos algunos de los destinos turísticos portugueses.