Volvemos a nuestros paseos por la Baixa, la parte baja de Lisboa, para acercarnos a la popular Plaza de Rossio, el corazón de la Lisboa antigua. Con sus fuentes y esculturas, los vendedores ambulantes y el tráfico intenso alrededor, se convierte en centro neurálgico de Lisboa.
Aunque llamada oficialmente Praça de Dom Pedro IV, la concurrida plaza es más conocida por el nombre de sus orígenes medievales. La palabra "Rossio" hace referencia a un espacio de propiedad común. El Rossio ha sido desde tiempos medievales escenario de revueltas y festejos populares.
En este terreno se celebraban ferias de ganado, matanzas de cerdos, carreras de caballos y también hacía las veces de plaza de toros y asistió a ejecuciones en tiempos de la Inquisición, una escabrosa función que compartía con la Plaza de Comercio. Y es que en la plaza se alzó el Palacio de la Inquisición, en el mismo emplazamiento del actual Teatro.
A medidados del siglo XIX la plaza fue cubierta por mosaicos ondulados blancos y negros formando dibujos, como es típico en la capital portugesa. Fue uno de los primeros diseños de este tipo en decorar el pavimento de la ciudad.
La estatua a Pedro IV
En el centro de la Plaza de Rossio se alza la estatua de Pedro IV, el primer rey constitucional de Portugal, que domina desde su pedestal y la alta columna que la sostiene la fachada del Teatro Nacional y la Iglesia de Santo Domingo, la más espaciosa de Lisboa.
Es una obra del escultor Elias Robert y del arquitecto Gabriel Davioud para perpetuar el recuerdo de los portugueses a Pedro IV y sus ideas liberales. Sobre una alta columna se alza la figura de este emperador de Brasil y rey de Portugal que otorgó a los portugueses la Carta Constitucional (1826).
En la base del monumento podemos ver cuatro grandes figuras alegóricas de las virtudes Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia, que se le atribuían al rey. Otras representaciones de la Fama y distintos escudos de ciudades Portuguesas completan este monumento visible desde cualquier punto de la inmensa plaza.
El Teatro Nacional de Dona Maria II
En la cara norte de la plaza se encuentra el Teatro Nacional Doña María II, edificio de referencia, que recibió el nombre de la hija del rey Dom Pedro, Doña María II.
Como hemos adelantado, el teatro está asentando en lo que fuera el solar de la sede central de la Inquisición portuguesa, que reconstruyó Pombal tras el terremoto de 1755 y desapareció en 1836 a causa de un incendio.
Se trata de una construcción neoclásica, realizada por el italiano Fortunato Lodi en 1846, que ostenta una amplia y larga fachada, centrada en un pórtico dotado de columnas jónicas procedentes de la desaparecida iglesia de Sao Francisco.
En la fachada del teatro vemos dos plantas con amplios venatanales y una tercera, de menor altura, coronada por figuras de estilo clasicista.
Este pórtico majestuoso está coronado por un gran frontón triangular decorado con alegorías en piedra, obra de Assis Rodrigues. En lo alto se representa la figura del dramaturgo Gil Vicente, fundador del teatro portugués.
Por su parte, el interior del teatro fue reconstruido con un aspecto moderno en la década de 1970 tras sufrir un gran incendio en 1965. No olvidéis echar un vistazo a la programación del teatro por si hay alguna obra que os interese, para contemplar el edificio por dentro. También hay visitas guiadas los lunes a las 11'30 (seis euros de entrada para los adultos).
Yo no tuve la suerte de verlo por dentro, pero a cambio lo pude contemplar por la noche iluminado de Navidad, como muestran las fotografías más abajo, en las que también destaca la larga columna que sostiene la estatua del rey adornada con luces navideñas.
Pronto volveremos con la Praça do Rossio o de Dom Pedro IV en Lisboa, porque todavía nos hemos dejado algunos puntos interesantes para conocer en sus alrededores, como la Estación de Rossio o el Palacio de la Independencia.
Fotos | © Turismo de Lisboa / Gustavo Figueiredo, detengase en Flickr-CC y Eva Paris En Diario del viajero | Descubriendo Lisboa, El barrio de Alfama, Los tranvías de Lisboa, Lisboa en Navidad