Sumergirse en estas aguas tiene que ser un verdadero placer. Qué lástima no saber de la existencia de esta piscina cuando estuve en Viena, y más teniendo en cuenta que era agosto y podía haber disfrutado también de su solarium al aire libre.
El conjunto de Amalienbad fue construido por los arquitectos Otto Wagner y Karl Schmalhofer entre 1923 y 1926 y aquí, además de disfrutar de una relajante sauna o de unos largos, estaremos dentro de una joya arquitectónica.
Sólo la cubierta de cristal, que podía abrirse en tan sólo tres minutos para convertir la piscina cubierta en una piscina al aire libre, fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial. El resto se conserva en su estado original gracias a complejas obras de restauración.
Amalienbad son unos baños en los que destaca la piscina principal (en la imagen), cubierta por un techo de cristal que se puede abrir. Esta cúpula fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial y ha sido reconstruida, pero el resto conserva su estado original. La piscina está rodeada de galerías al estilo de los palcos de los teatros, en los que hay tumbonas.
Con una capacidad para 1.300 personas, en su momento fueron los baños más grandes de Europa. En el mismo edificio hay saunas, baños y otras piscinas más pequeñas, y todo el conjunto contiene elementos decorativos modernistas y del art-deco. Desde mayo hasta septiembre abre el solarium.
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