Viaja a la luna sin salir de España: esta es la isla donde entrenan los astronautas

La última vez que un hombre pisó la luna fue en el año 1972 y, aunque está prevista una nueva misión para el 2025, todavía falta mucho para que el común de los mortales podamos hacer un viaje semejante, si es que algún día eso es posible.

La buena noticia es que no es necesario salir al espacio para disfrutar de un auténtico paisaje lunar. En España, además, tenemos uno tan parecido que hasta los astronautas de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) entrenan allí desde 2017. Incluso se descubrió, en 2022, que algunas de sus rocas son idénticas a las que recogió el Apolo 14.

Este maravilloso escenario se encuentra en el Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote, y es uno de los impresionantes lugares que no te puedes perder si visitas la isla.

Una visión fascinante de la tierra y su historia

En 1730 los volcanes del Timanfaya empezaron a expulsar lava y no dejaron de hacerlo durante seis años. Cuando la erupción terminó, había sepultado 11 pueblos y transformado el territorio completamente, dejándolo como podemos apreciarlo hoy.

Lothar Boris Piltz - Unsplash

Parecía que era el fin de la isla. Sin embargo, se trataba de un comienzo. La tierra se volvió más fértil propiciando nuevos cultivos, como el de la vid en La Geria, que ha dado lugar a los deliciosos vinos D.O. Lanzarote, y la pesca aumentó su variedad, gracias a las coladas de lava que penetraron en el mar.

Parecía que era algo milagroso, al igual que los impresionantes parajes naturales que se formaron y que todavía ahora nos cautivan y sorprenden.

Con tal de preservar su valor ecológico y paisajístico, el área de Timanfaya fue declarada Parque Nacional en 1974. Puede que de lejos te engañe su aspecto lunar y desértico, pero su riqueza biológica es incalculable, con una abundante fauna y flora, entre la que se encuentran varias especies protegidas como el halcón taragote o el cuervo canario.

Más que un simple parecido con la luna

Las similitudes de Lanzarote con la luna van más allá de sus sugerentes vistas panorámicas. Los astronautas entrenan allí para aprender a realizar exploraciones en este satélite, ya que algunas partes de la isla, como el entorno del Vol­cán del Cuer­vo, tienen propiedades minerales y geológicas muy parecidas.

Benjamin Elliott - Unsplash

Entre sus investigaciones en la isla está el comprobar cómo cultivar este tipo de suelos, extraer de ellos minerales o combustibles, o incluso averiguar si las cuevas que se forman podrían servir como refugio.

Esto nos confirma que tenemos la oportunidad de pasear por el entorno más semejante a la luna que existe en nuestro planeta… Quién sabe qué otros secretos nos revelará más adelante.

El espacio natural protegido de Timanfaya ocupa una extensión de unos 50 Km2, por lo que es muy recomendable, antes de lanzarnos a la aventura, recabar primero información de las rutas o apuntarnos a una visita guiada en el Centro de Visitantes e Interpretación de Mancha Blanca. Y abrir muy bien los ojos, para no perdernos nada.

Como decía el artista César Manrique: "Lanzarote es pura magia… misterio. Belleza limpia, insolente y desnuda. Lección constante". Una de esas lecciones que nos da la tierra, y que  son un verdadero placer aprender.

Foto | Uri Espinosa - Pexels

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