La Alhambra es, sin duda, el sello de identidad de Granada, lo que cualquier viajero quiere ver en su llegada a la ciudad. Desde el barrio del Albaicín hay un montón de puntos desde los cuales ver esta imponente construcción, como es el caso del Mirador de San Nicolás.
Si vamos hasta el final de la Carrera del Darro (más conocido como Paseo de los Tristes), en pleno centro de Granada, llegaremos hasta una plaza que está justamente a los pies de la Alhambra.
Pero esta vista es todavía mejorable si subimos hasta el Albaicín. A unos 15 minutos de subida, ya sea desde el Paseo de los Tristes o por la calle Calderería Nueva (la de las teterías), está el Mirador de San Nicolás, quizás el más popular de la ciudad.
Las vistas de la Alhambra al llegar aquí, casi a su misma altura y sin absolutamente nada que obstruya la visión, lo dejan a uno bastante impresionado.
Por otro lado, siempre suele haber buen ambiente, con gente tocando la guitarra o el cajón, cantando, vendiendo artesanías… Entre la música y las vistas, es un lugar ideal para estar un rato charlando o tomándose algo, en tal paz que no dan ganas de irse.
Para mí, una visita obligada para quien vaya a Granada. Y, un consejo: conviene ir al atardecer para ver después la Alhambra iluminada cuando anochece.
Fotos | Flickr de JohnDoodo, Flickr de Micheo
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