El País Vasco es una región llena de lugares mágicos. Sus bosques frondosos atravesados por la Cordillera Cantábrica, hacen que sea paisajísticamente una región única. Hay pueblos y puertos maravillosos en el País Vasco, pero el primero que me viene a la cabeza es Lekeitio, uno de mis puertos favoritos de Euskadi.
Lekeitio lo tiene todo: playa, montaña, bosque, historia… Tiene hasta una isla propia, la isla de San Nicolás, unida por una pasarela artificial que sólo se puede cruzar con marea baja. Además el municipio está prácticamente en el centro del País Vasco, por lo que también es un buen punto desde el que visitar otros lugares de Euskadi.
Por qué me gusta Lekeitio
Lekeitio es un pueblo cerrado por las montañas. De hecho, su etimología es “lugar cerrado o lugar ahogado”. Todas las calles van a dar al mar, y el paseo marítimo constituye el centro de la ciudad, donde se encuentra casi toda la actividad.
En el paseo marítimo y en las calles centrales de Lekeitio hay muchos bares y restaurantes. Al menos un día tenéis que salir de “pintxos” en Lekeitio. Como es tradición en todo el País Vasco y Navarra, los bares ofrecen muchos tipos de pintxos que ofrecen gastronomía de bastante calidad a un precio muy asequible.
Historia y Basílica
El pueblo de Lekeitio al parecer tiene fama de luchador desde sus orígenes. No aceptó bien los límites que le impusieron en el siglo XIV y protestó y protestó. Y sacaron partido, porque Alfonso XI les permitió agrandar sus límites. Además tenían fueros especiales que permitieron a Lekeitio crecer y convertirse en un puerto importante en la Costa Cantábrica.
Lekeitio consiguió el suficiente crecimiento como para poder construir la Basílica de la Asunción de Nuestra Señora. Es muy bella, del siglo XV. Es bastante impactante que un pueblo pequeño como Lekeitio tenga una basílica tan grande. La vista de la Basílica desde la playa es impresionante.
La playa, la isla de San Nicolás y los acantilados
La playa de Lekeitio es de arena fina. Es considerablemente grande para ser un puerto “cerrado”. Podéis pasear 15 o 20 minutos fácilmente a lo largo de toda la playa. Es posible, no obstante, que al ser un lugar bastante turístico haya mucha gente en la playa. El mar, al ser del Cantábrico, es obviamente frío, hay que tenerlo en cuenta antes de darse un chapuzón.
A unos cuantos cientos de metros está la Isla de San Nicolás. Está comunicada por una pasarela artificial con el continente sólo cuando hay baja marea. Esta pasarela es ancha pero muy resbaladiza. Es poco probable que si resbaléis caigáis al mar, pero si es posible que os deis un buen tortazo, así que caminad despacito.
Os recomiendo pasear por la isla hasta llegar a su extremo norte. Está cubierta de bosque y el paseo es muy agradable. Desde la isla tendréis una vista preciosa de Lekeitio y de los acantilados de alrededor. Al este tendréis la ría de Lea y al oeste los acantilados de Lekeitio. Es perfecto para ver el anochecer, por ejemplo.
Desde Lekeitio se puede hacer además alguna ruta de senderismo por la ría de Lea. Nosotros no lo hicimos pero la ruta tenía buena pinta. Lekeitio es un pueblo muy completo y acogedor en el corazón del País Vasco. Lekeitio es sin duda, uno de mis pueblos favoritos de Euskadi.
Imágenes | Cata | F.Insausti | JC Uriarte | Zigor C.B.
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