El Parque Nacional de Monfragüe en Cáceres

El Parque Nacional de Monfragüe y su Reserva de la Biosfera constituyen un destino turístico de primer orden. Declarado Parque Natural en 1979 y Parque Nacional en el 2007, Monfragüe ocupa una superficie de 17.852 hectáreas en la provincia de Cáceres y representa uno de los enclaves más extensos y representativos de bosque y matorral mediterráneo.

El Parque se encuentra en el centro del triángulo formado por Navalmoral de la Mata, Plasencia y Trujillo, bañado por el Tajo y su afluente, el Tiétar, que proporcionan el medio acuático y esculpen en la tierra espectaculares paisajes, riscos como “El salto del gitano”, donde se asientan espectaculares colonias de buitres leonados y nidifican el halcón peregrino, el águila perdicera, y el búho real, entre otras especies de aves.

El Parque Nacional de Monfragüe es una de las grandes áreas de concentración de aves del planeta, y por ello se celebra cada año una prestigiosa feria ornitológica internacional. Precisamente este fin de semana tendrá lugar este evento.

En las orillas y cauces de los ríos podemos encontrar al martín pescador, mitos, cormoranes y ruiseñores, además de otros relacionados con el medio acuático como la nutria. Por este motivo no es raro ver en este entorno fotógrafos aficionados y profesionales intentando captar las instantáneas de estas aves espectaculares. Y no solo mirando al cielo descubrimos la riqueza de esta zona natural.

También existen muchas rutas para realizar a pie, de distinta dificultad, para quienes quieran sentirse en plena naturaleza, y los senderos están señalizados.

El pasado de estas tierras

Si estos ríos y la riqueza de sus montes nos atraen en la actualidad, ya en la época prehistórica proporcionaban a los pobladores todo lo necesario para que decidieran asentarse aquí: agua, pesca, caza y un bosque repleto de frutos hacían de Monfragüe un lugar idóneo donde vivir.

Así lo demuestran los numerosos vestigios de su estancia en la comarca. El primero de ellos nos remonta al Paleolítico Inferior, se trata de útiles de piedra procedentes de la margen izquierda del embalse de Los Saltos de Torrejón.

Pero mucho más importantes y numerosos son los restos de pinturas rupestres repartidas por abrigos y covachas a lo largo de las sierras, algunos de los cuales se pueden contemplar en visitas guiadas. En estas pinturas aparecen representadas figuras humanas, animales, alineaciones, barras, puntos y signos abstractos, todos ellos con carácter esquemático.

El castillo de Monfragüe y otros puntos de interés

Una parada imprescindible en el Parque se halla en Villarreal de San Carlos, el único núcleo urbano existente dentro de los límites del Parque Nacional, pueblo de una sola calle, donde están las instalaciones de dirección y gestión del mismo, así como los servicios de atención al visitante, sobre los que volveremos. Un buen punto de partida para conocer el Parque, y para sentarse a degustar la gastronomía de la zona.

Otra de las visitas que ofrece tal vez las panorámicas más espectaculares del Parque Nacional de Monfragüe es el Castillo de Monfragüe. Ver atardecer desde lo alto de este castillo, cuando el sol se sumerge junto al Tajo tiñendo el paisaje de ámbar, es una experiencia inolvidable.

El Castillo de Monfragüe se encuentra situado al oeste de la Sierra de Las Corchuelas, a 465 m. de altitud. En él se pueden ver restos de murallas y dos torres ya que las numerosas remodelaciones a manos de los cristianos destruyeron la fortaleza original.

La torre circular es lo que queda de la restauración de la fortaleza que hicieron los hombres de la Orden de Montegaudio entre los años 1180 y 1196. La torre pentagonal, de cuarcita como la anterior, corresponde al siglo XV.

El castillo siguió ocupado a partir del siglo XV por familias nobles. En la Guerra de la Independencia sufrió importantes destrozos y tras ésta, se abandonó casi por completo. Es un lugar de obligada visita en nuestro recorrido por Monfragüe. ¡Y no olvidéis la cámara de fotos!

No muy lejos del castillo, río arriba, se encuentra el Puente del Cardenal. La mayor parte del año está cubierto por las aguas recién mezcladas del Tiétar y el Tajo. Este puente fue mandado construir por el cardenal Juan de Carvajal, obispo de Plasencia, en 1446, facilitando las comunicaciones entre Plasencia, Jaraicejo y Trujillo.

Este era, prácticamente, el único que cruzaba el Tajo en Extremadura. Por lo cual era paso obligado de todo viajero entre Plasencia y Trujillo. Esto dio pie a que la zona fuera propicia para los robos y se convirtiera en un paraíso de bandoleros y atracadores que se veían arropados por unas sierras escarpadas e impenetrables.

La construcción de las presas de Torrejón y Alcántara en 1966 y 1969, respectivamente, alteró irreversiblemente el paisaje y la belleza de las orillas del Tajo en dichos emplazamientos, quedando sumergidas todas las zonas de ribera, junto con la riqueza ecológica y etnológica que allí se concentraba.

Además, en 1970 dan comienzo las brutales repoblaciones con eucalipto y pino, muchas hectáreas del Parque quedaran asoladas e irremediablemente alteradas por los aterrazamientos con maquinaria pesada.

El duro golpe que recibieron estas tierras llevó a la necesidad de plantearse su protección, y afortunadamente el empeño de muchas personas, y el apoyo recibido por científicos y amantes de la naturaleza desencadenaron el nombramiento de Monfragüe Parque Natural, en 1979.

En 2007 ya podemos hablar del Parque Nacional de Monfragüe. La visita al Parque se puede hacer en itinerarios a pie con dificultad y duración distintas, rutas en coche por carreteras asfaltadas, con miradores y observatorios de fauna, y también optar por alguna de las actividades complementarias ofrecidas por distintas empresas.

Más información | Monfragüe
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