Empezamos a olvidarnos del asfalto y nos internamos por caminos pedregosos, pistas y senderos. El trazado atraviesa en diagonal la gran "U" que forma el río Bidasoa-Batzán. Los prados repletos de ganado se van alternando con hermosos bosques durante el camino.
La mágica silueta del Larrun de 989 metros de altitud nos acompaña durante parte de la jornada. Antiguamente los brujos y brujas de la comarca subían a su cima para celebrar sus famosos akelarres.
A través del valle de Batzán, nuestras cansadas piernas pisan Navarra, donde Elizondo nos acoje para comer bien y dormir calientes. En Navarra no existen demasiados refugios donde pernoctar a precios baratos. la mayoría de las opciones se basan en casas rurales y algún hostal, cosa que hace subir el precio de la travesía indudablemente.
Yo escogí el hostal Trinkete Antxitonea y no fue mala elección. Especialmente porque en su bar celebraban una reunión de jóvenes del valle y la noche estuvo muy pero que muy animada. Bueno, igual a alguno eso le hace decidirse por otro hostal. Cada uno a su gusto.
En Diario del Viajero | El GR 11 - La ruta de los Pirineos