Con medio mundo sufriendo restricciones de movilidad y cada vez más ciudades y países que cierran sus fronteras, los viajes están muy restringidos y un sector de transporte que ha padecido especialmente la situación de pandemia es el aéreo. Tanto, que un nuevo (y polémico) invento cobra fuerza: los vuelos a ninguna parte para calmar las ganas de viajar.
Este pasado verano España perdió dos tercios de los vuelos en relación al año anterior y casi el 80% de los pasajeros, según los datos de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA). Y este panorama se repite a lo largo del mundo, por lo que muchas compañías aéreas han empezado a idear alternativas a la desaparición.
Varias aerolíneas asiáticas ofrecen este modelo de vuelo panorámico, como Starlux de Taiwán, la primera que realizó este tipo de vuelo "escénico" destinado en este caso a sobrevolar la isla de Taiwán degustando un menú especial a bordo. De este modo se siguió vendiendo billetes a aquellas personas que no pueden o no desean dejar de subirse al avión durante la pandemia. Y fue todo un éxito.
Por ello, esta posibilidad ha sido imitada por compañías como EVA Air, la japonesa ANA, Singapur Airlines... La última en sumarse a estos vuelos panorámicos que despegan y aterrizan en el mismo sitio es la australiana Qantas, que en apenas 10 minutos agotó su oferta para despegar desde el aeropuerto de Sidney y regresar al mismo sitio.
El reclamo de este vuelo es imitar lo que se estaba haciendo con vuelos más reducidos, en avionetas o helicópteros: sobrevolar lugares emblemáticos, excursiones panorámicas sobre el monte Uluru, la Gran Barrera de Coral, Byron Bay o la capital australiana.
Pero en lugar de unos pocos asientos en esos aparatos más pequeños, ha fletado un Boeing 787, como si se tratara un vuelo de gran distancia y con "las ventanas más grandes que cualquier avión de pasajeros" para no perderse detalle del paisaje.
Actualmente en la web de la aerolínea Qantas vemos este vuelo panorámico: el Gran vuelo escénico de las tierras del sur, con unos precios que oscilan entre los 2200 euros de business y los 470 euros en clase turista, con desayuno prevuelo incluido.
En Europa, está previsto que la aerolínea Air Baltic realice el 25 de octubre un tour sobre Curlandia (Letonia) para contemplar una puesta de sol sobre el mar Báltico. Y seguro que no será la última oferta de este tipo. Cada vez nos llegarán más posibilidades, no sé si más cerca (dada la situación especialmente preocupante en España) pero sí más frecuentes.
La oferta de vuelos panorámicos incluye alicientes para amenizar el trayecto, que no es propiamente un viaje si nos atenemos a la definición del diccionario (viajar es "trasladarse de un lugar a otro, generalmente distante, por cualquier medio de locomoción"). Espectáculos en el aeropuerto y a bordo, menús especiales, pijamas y bolsas de aseo de regalo...
Por supuesto, estos vuelos a ningún sitio no cuentan con la aprobación de todos. Y es que, si la excusa es quitarse "el mono" de viajar, esto es algo que se podría hacer de otros modos mucho menos contaminantes. Desde luego, la opción de los vuelos a ninguna parte me parecen un capricho en los tiempos que corren y veo lógico que los ecologistas hayan puesto el grito en el cielo.
Pero, por otro lado, hay que tener en cuenta a las personas afectadas por la crisis del sector y cómo esta situación puede acabar con miles de puestos de trabajo. Ya han desaparecido compañías aéreas y otras se ven amenazadas y ayudadas con rescates millonarios para evitar la debacle, como ha sucedido en Alemania con Lufhtansa.
Por todo ello, vistas ambas perspectivas, y como en casi todo en esta vida, la solución no es fácil y aunque estos vuelos contribuyan a mejorar la economía de las compañías, convendría buscar alternativas menos contaminantes y que supongan un menor derroche. A ti, ¿qué te parecen estos vuelos panorámicos a ningún sitio?
Fotos | Tracy Hunter y MomentsForZen en Flickr-CC