"La República de Stratford solicita y demanda a quien corresponda permiso para el portador a fin de que transite libremente por donde este lo desee, sin ningún tipo de trabas ni impedimentos".
Así rezaba el papel que se expedía en Stratford Grove, la calle que había declarado de la independencia de Reino Unido.
Stratford Grove
Es, naturalmente papel mojado, una mezcla de acto simbólico y juego vecinal. Pero esta calle independiente tiene hasta su propio himno nacional: Boogie Wonderland.
No en vano, parecía todo una respuesta a los votos a favor del Reino Unido de abandonar la Unión Europea del 23 de junio de 2016. La declaración de Stratford Grove tuvo lugar el 8 de julio de ese mismo año.
No es la única calle o zona de esta ciudad que tuvo la idea de declarar una independencia tan de chichinabo como la de la película Pasaporte para Pimlico. Por eso, por ejemplo, podemos encontrar banderas, tazas y camisetas que publicitan la "República de Heaton".
Son reacciones al Brexit como Tabarnia lo fue al secesionismo de Cataluña. Es decir: si un grupo de personas tienen la postestad de trazar una frontera y declarar que son independientes del resto de personas, ¿por qué no otro grupo más pequeño dentro del primero no puede hacer exactamente lo mismo? Y así ad infinitum.
Unos años, también en Reino Unido, un periodista llamado Danny Wallace trató de hacer algo similar con su piso en Londres con el único propósito de comprobar hasta donde podría llegar.
El programa para la BBC de Wallace fue ganador de varios premios BAFTA, y en él declara su apartamento en el East End de Londres un Estado independiente, con su propia bandera y su propia Constitución, y hasta declara la guerra al Reino Unido.
¿Recordáis el anuncio para la televisión de la famosa empresa de muebles Ikea, el de «Bienvenidos a la República Independiente de tu Casa»? Wallace pareció tomárselo muy en serio. Y muchos televidentes también: contó con más de 50 000 ciudadanos.
Tal vez tal respuesta ciudadana fue también una crítica al tamaño de las viviendas británicas. Porque el país europeo que posee los hogares más pequeños (y también las habitaciones más pequeñas) es Gran Bretaña.
Tal vez inspirado "retrospectivamente" por estas gestas, un chico estadounidense llamado Robert Ben Madison, residente en Milwaukee, fundó una micronación en su propia habitación, allá por 1979. Lo llamó reino de Talossa (que significa «dentro de la casa» en finés). El lema nacional de Talossa es «la habitación de un hombre es su reino». Ben reclama para su país parte de Milwaukee, la isla francesa de Cézembre y un pedazo de la Antártida.
Es necesario en este punto cantar aquella canción de Björk, Declare Independence: «Comienza tu propia modernidad / Haz tu propio sello / Protege tu lengua / Haz tu propia bandera / ¡Declara la independencia!». Y, a ser posible, más que buscar la independencia geográfica y étnica, sería un poco más inteligente buscarla de las ideas (forjando nuestro propio endogrupo con gente afín a nosotros).