El gato doméstico es un animal casero, al que le gustan las comodidades: sitios calentitos y mullidos y sobre todo soleados. Si tienen la suerte de vivir en un lugar que tenga acceso a la calle, a un jardín, serán los animales más felices del mundo. En la ciudad suiza de Berna les facilitan el acceso a la calle desde los pisos altos y nos encontramos con el maravilloso espectáculo de las escaleras para gatos.
Toda esta maravilla, todas estas fotos fascinantes de la vida gatuna y su arquitectura las tenemos gracias al trabajo y la curiosidad de una fotógrafa alemana llamada Brigitte Schuster, que se ha dedicado a inmortalizar todas las escaleras que se ha ido encontrando en Berna y ha hecho un libro maravilloso.
La imagen que encabeza el artículo es una delicia: ventanas con gateras que llevan al alfeizar y escaleras que zigzaguean por la fachada con pequeñas tablillas que sirven para que el gato suba y baje en total libertad. Son animales domésticos con acceso a la calle y a sus "amigos". La siguiente foto no es más que una escalera que bien podría ser la de un gallinero, utilizada para ganar más altura.
Cualquier estructura vale para integrar los escalones, incluso el canalón de desagüe sirve para que se le enganchen pequeñas abrazaderas de las que se sujetan los tramos de los escalones. El trabajo de Brigitte nació de lo que observaba cuando se mudó a la ciudad y se convirtió en un estudio de la arquitectura de la misma. Luego ya salió con la cámara para inmortalizarlas.
Son tan habituales que incluso se pueden comprar online y conseguir que resulten hasta decorativas integrándolas con la fachada, aunque el encanto de las artesanales nadie lo puede negar. Nuevo ejemplo de nuevo, de la felicidad del gato que está subido en ella. Es, desde luego, un paso más allá de la búsqueda que tienen los amos para conseguir la felicidad de un animal de compañía que les brinda felicidad.
Las hay incluso que llegan hasta terceros pisos, las más altas que la fotógrafa ha encontrado, y que a pesar del aspecto frágil que presentan sirven con total firmeza para que los amigos de cuatro patas suban y bajen de casa con total libertad.
Mirando más allá de esas escaleras nos encontraremos visiones sociológicas, arquitectónicas y estéticas, y acerca de todo esto reflexiona Brigitte en su libro, pensando incluso en si deberíamos imponerles estas escaleras a los animales o si van más allá y deben ser un patrimonio a conservar. El libro impreso en el que van estas fotografías (que nos ha cedido la autora) no saldrá hasta otoño, pero está ya disponible para pre-orden en este enlace de la web..
Imágenes | ©Brigitte Schuster