Los 9 metros por 90 centímetros que mide este bloque, representa el nacimiento, la muerte y la resurrección del hijo del dios del maíz retratado bajo la forma de diferentes animales, ofreciendo sus genitales en sacrificio de sangre. El flamante rey maya está retratado al final del mural y al parecer esta pieza era la que faltaba para completar el rompecabezas que habían encontrado hacia 2001 en una excavación anterior.
Pero esta pintura no es lo único que despertó asombro entre los especialistas. Según parece, una de las paredes del cuarto en el que se encontró esta pieza, expone el mito de la creación maya y la coronación de un rey, pero utilizando colores y un tipo de pintura diferente a la que se pudo ver en piezas similares y de igual antigüedad. Es por eso que, a partir de ahora, deberán investigar si esa habitación no fue utilizada como cuarto de preparación de ofrendas humanas las que luego entregaban al dios maya en los famosos ceremoniales descriptos en el Popol-Vuh. Según el informe arqueológico, estas pinturas serían aún más antiguas que las famosas ruinas de Tikal (consideradas hasta ahora como el monumento más longevo del imperio) y creen que si lograran reconstruir el mural en forma completa, igualaría en altura a las gigantescas pirámides. En cuanto al valor artístico, los expertos aseguraron que este mural es al mundo maya lo que la Capilla Sixtina representó para el mundo del renacimiento..
Via | FAMSI