Las ballenas llegaron antes de lo previsto. Y en una buena cantidad a las costas de la provincia patagónica de Chubut, Argentina..
En la zona de El Doradillo,ya hay al menos 6 ejemplares de adultas muy cerca de la costa. Y se estima que hay alrededor de 60 en Península Valdés, lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La temporada se inicia oficialmente el 8 de junio. Pero la gente ya comenzó a disfrutar del espectáculo que brindan estos enormes cetáceos.
El Doradillo, una playa con un paisaje paradisíaco, está ubicada a 15 kilómetros del centro de Puerto Madryn. Es el lugar que la ballena Franca Austral eligió para parir a sus crías. Estas seis son ballenas adultas y a punto de parir. Los nacimientos comienzan generalmente a fines de junio. Por temporada nacen entre 50 y 70 ballenatos que recién se desprenderán de su madre en el primer año de vida.
Los cetáceos aprovechan su estada en Chubut también para aparearse. La mayoría de las hembras copula varias veces y con machos distintos: quiere asegurarse la cría que nacerá dos años después.
A estas costas llegan por año 600 ejemplares. De ellos, unos 150 se acercan a la costa en Puerto Pirámides, el único asentamiento poblacional de la península. Desde allí se realizan los avistajes. Unos 100 mil turistas al año los disfrutan. El 25 por ciento son extranjeros.
Los avistajes de la ballena Franca Austral representan el principal recurso turístico de la provincia. Los paseos en barco para el avistaje, que duran alrededor de una hora y media cuestan, entre 15 y 25 euros.
Una ballena adulta pesa entre 35 y 40 toneladas. Y mide 14 metros. Pese a ese enorme tamaño es capaz de realizar vistosas piruetas en el agua.. Los saltos impresionantes o giros lentos dejando ver su enorme cola representan la imagen que los turistas de todo el mundo van a buscar a esta parte de Argentina.
Pasear por estas costas vírgenes nos permite en temporada de ballenas, observar a los ejemplares. Movimientos lentos (en general son ballenas que están por parir) muy cerca de la costa provocaron más de un grito de admiración.
A más de dos semanas del inicio formal de la temporada, los cetáceos ya comenzaron a hacer de las suyas en un lugar donde no hay que pagar para disfrutar de un espectáculo único en el mundo.
Una vez que tienen a sus crías, las ballenas dejan El Doradillo y marchan hacia Pirámides. Antes, les enseñan a sus crías los primeros movimientos en el agua.
La temporada se extenderá hasta el 15 de diciembre. Durante toda su estadía en la Península, las ballenas no se alimentan. Lo hacen cuando emigran hacia el sur, presumiblemente hacia la zona antártica. Allí comen abundante krill, un conjunto de crustáceos muy rico en proteínas.
El destino de los enormes cetáceos cuando dejan las costas de la Patagonia argentina es todavía una incógnita.. El gigante del mar se irá, como cada año, con rumbo desconocido pero dejándonos las imágenes más bellas.
Vía | Diario de Cuyo
Más info | Patagonia Argentina
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