Viajar, conocer, aprender... tratando de no quedar mal. Vamos, intentando de dejar una buena impresión en lo posible.
Muchas veces, desconocer las costumbres, guiños sociales o manías de la gente del lugar, hace que quedemos descolocados en situaciones aparentemente simples: saludar, aceptar una invitación, pedir ayuda, hacer un regalo, participar de una ceremonia o celebración, etc.
¿Por qué si haces el signo de OK en Estambul en medio de un atasco puedes terminar ganándote muchos enemigos? Decides llevarle un ramo de flores a la anfitriona que te invita a cenar en su casa en Alemania: ¿porqué se ofende si le llevas el ramo envuelto en papel? O si no la miras a los ojos cuando brindas.
Muchas situaciones cotidianas que tienen significados peculiares de acuerdo a cada sociedad, y que pueden ser totalmente distintos a los que conoces de toda la vida. Para ayudarnos a no quedar demasiado mal, podemos leer el libro Hacerse el sueco en las antípodas. Manual de supervivencia para viajeros despistados.
En él se plantean situaciones posibles donde las diferentes visiones de un mismo gesto, palabra o actitud pueden estropearnos el paseo. Es de Marc Mc Crum y lo edita Ariel. ( 18.90 euros)
Info | Hacerse el sueco en las antípodas. Manual de supervivencia para viajeros despistados Foto | Torre de Babel, de Pierre Bruegel