Sin embargo, se sabe que el viajar en avión es 29 veces más seguro que hacerlo en coche.
Pero las estadísticas no hacen que la gente deje de temer.
El miedo a volar está basado principalmente en la desconfianza que despiertan los aspectos técnicos de la aeronavegación en particular. Asimismo tiene una raíz más profunda en el hecho de considerar a la vida como algo frágil y vulnerable, y de pensar que nadie tiene ningún control real sobre ella (tanto en el aire como en la tierra).
Técnicamente, el miedo a volar es un transtorno de ansiedad. Y por cierto, uno de los más frecuentes. Los despegues, la altura, los espacios cerrados, los sonidos, las reacciones físicas del avión, la mecánica, la turbulencia, la preparación del personal a bordo, son algunos de los factores que despiertan nuestro miedo a volar.
Seguramente todos hemos visto sufrir a algún amigo, o compañero de viaje circunstancial ante la perspectiva de subirse al próximo vuelo. Temblores, respiración dificultosa, palpitaciones, dolor de pecho, sudoración, sensación de malestar, boca seca, etc. etc.
Por suerte, y gracias a las experiencias de pilotos, psicólogos, médicos y demás, hoy en día hay muchos programas para perder este miedo paralizante. Libros, cursos online, terapias, están al alcance del ratón para quien quiera (o necesite) vencerlo.
¡Suerte !
Vía | Miedo a volar Vía | Programa para perder e miedo