¿En qué país la gente camina a mayor velocidad que el resto?

Hay países, en general, que resultan estresantes, sobre todo si contienen grandes ciudades. Sin embargo, el ritmo de vida de los países es muy diferente entre sí, y eso lo notamos a nivel inconsciente. Hay países, pues, que nos transmiten paz y sosiego, y otros que nos transmiten estrés y velocidad.

Pero ¿cómo saber de antemano cuál es cuál? ¿Cómo escoger nuestro próximo destino si, por ejemplo, queremos relajarnos sin la necesidad de aislarnos en un resort o en un lugar solitario? Robert Levine lo quiso comprobar visitando 31 países del todo el mundo para tomar tres indicadores del ritmo de vida. Uno de ellos era la velocidad a la que la gente camina por la calle.

Suiza, la más rápida

Tras medir la velocidad promedio del paso de peatones seleccionado al azar sobre un tramo de dieciocho metros de acera, excluyendo a niños, personas con impedimentos físicos y a los que se dedicaban a mirar escaparates, Levine concluyó que Suiza era el país con el ritmo de vida más rápido del mundo, lo cual colisiona frontalmente con nuestra imagen de prados verdes y Heidi ordeñando a las vacas.

En segundo lugar estaba Irlanda, y luego venía Alemania. Japón era la cuarta. Curiosamente, ocho de las nueve ciudades más veloces pertenecen a Europa occidental. Inglaterra era la quinta, lo cual tampoco que extraña, habida cuenta de mi experiencia al respecto en Cinco cosas que no soporto de Londres (II): la extrema velocidad de la gente.

El único país de Europa occidental que no estaba entre los diez países más rápidos no era España, sino Francia (fue el undécimo, detrás de Hong Kong). Un resultado que Levine atribuye a una cuestión climatológica particular: el año en el que se realizó el experimento, Francia experimentaba uno de sus veranos más cálidos, y por tanto más amodorrantes.

¿Y las más lentas?

Los tres países con el ritmo más lento registrado por Levine eran Brasil, Indonesia y México. Los ocho puestos del final de la tabla están ocupados por países de África, Asia, Oriente Medio y America Latina.

Si nos centramos en Estados Unidos, la ciudad más rápida, superando por poco a Nueva York, es Boston. Los Ángeles fue la ciudad más sosegada.

Países serviciales

Conocer los ritmos de vida de los países no solo puede permitirnos predecir si nos resultarán más o menos estresantes, sino también si resultarán más serviciales y amables. Al menos es la hipótesis que mantiene Levine, en sintonía con los estudios de sobrecarga sensorial de Stanley Milgram. Las ciudades con ritmo más lento son más serviciales, según Levine. Abunda en ello Richard Wiseman en su libro Rarología:

La gente que vive en ciudades con un ritmo más veloz es más probable que se caracterice por la llamada personalidad Tipo A. Este conjunto de rasgos pone un gran énfasis en la urgencia, la competitividad y en una gran prisa en general por lograr muchas cosas en poco tiempo. Los del Tipo A tienden a hablar rápido y a compensar las frases de los demás antes de que éstos lo hagan. A menudo son los primeros de la mesa en finalizar su comida y observan su reloj con mayor frecuencia que la mayoría. Algunos investigadores creen que este modo de vida somete al cuerpo a un gran número de tensiones y fatigas. El trabajo de Levine demostró que las ciudades donde la vida transcurre de forma más apresurada tienen mayor número de fumadores y crecientes tasas de enfermedades coronarias.

Foto | Swiss parlement house | Flickr

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