Cuba, el mayor archipiélago de las Antillas Mayores, con una superficie de 110.922 kilómetros cuadrados y paisajes contrastantes entre los que sobresalen sus famosas playas de arenas blancas y aguas transparentes, llanuras fértiles, pantanos, ríos, cascadas y montañas.
Claro que, antes de partir, habrá que tener en cuenta a una serie de detalles para disfrutar el viaje al ciento por ciento. Así, habrá que tener en cuenta que los papeles que el Gobierno cubano exige a los visitantes son el pasaporte en regla válido durante, al menos, seis meses después del arribo al país, además de una tarjeta de turista o visa expedida ya sea por el consulado de Cuba o por las agencias de viajes.
En cuanto a la moneda que se maneja en este destino habrá que estar muy atento dado que, si bien la moneda oficial es el Peso Cubano, en lo que respecta al turismo se maneja el Peso Cubano Convertible mejor conocido como CUC. Si se arriba al país con Euros habrá que cambiarlos en las casas de cambio oficiales (CADECA) o en el lobby del hotel a razón de 1 euro, 1.25 CUCs. Claro que en algunos centros turísticos también podrá utilizarse la moneda de la Comunidad Europea. ¿El dólar? Pues se le cobra un impuesto lo que hará que no convenga viajar con esta moneda en el bolsillo.
El recibimiento al turismo es muy bueno por parte de los cubanos pero habrá que estar atentos. Es que en los sitios donde la cantidad de viajeros es grande es muy común la presencia de jineteros y jineteras. Los primeros son hombres dedicados a la venta de habanos, ron y demás recuerdos a precios bajos. Claro, es que se trata de productos que no son originales, por lo tanto de menor calidad de la prometida. Por su parte, se conoce como jineteras a las prostitutas cubanas que ofrecen sus servicios a los viajeros, generalmente se trata de adolescentes que buscan dinero a través del sexo.
Cabe destacar que los centros turísticos, dedicados exclusivamente a esta actividad, son una Cuba aparte donde el viajero vivirá otra realidad. Pero, si se desea conocer la verdadera Cuba, vale la pena recorrer La Habana u otras ciudades del interior del país, charlar con los pobladores y salirse de los circuitos turísticos. Una buena oportunidad para entender la realidad del país y un poco de su historia reciente.
En Diario del Viajero | Cuba