• Intenta portar un certificado sanitario de buena salud expedido por un veterinario (por si acaso el animal muerde o ataca a alguna persona).
• Acondiciónale un lugar confortable en el asiento, con una manta o una toalla vieja, que, además te protegerán la tapicería.
• Nunca dejes al animal encerrado dentro del vehículo al sol, o en lugares calurosos para evitar el shock por golpe de calor.
• Procura un ayuno previo al viaje si la mascota suele marearse o presenta ojos rojos, vidriosos, salivación excesiva o náuseas.
• Utiliza sedantes en el caso de que el animal sea muy inquieto. No olvides nunca consultar con el profesional, para que evalúe los riesgos de tu mascota a la hora de prescribirle esta medicación. • Si el viaje va a ser muy largo, detente para que la mascota se estire, tome agua, haga sus necesidades y logre reducir un poco el nivel de stress.
• Si vas a viajar con más gente, interpón entre los pasajeros y el animal una barrera fija (redes, barras, jaulas) que lo contenga en caso de una coalición o una frenada brusca.
• Para evitar accidentes no permitas que el animal saque la cabeza por la ventana.
• Antes de salir, identifica al animal con un número telefónico para que contacten contigo en caso de extravío. Nunca coloques el nombre de tu mascota en la identificación, para evitar que quien lo encuentre lo llame por su nombre y genere posteriormente un vínculo.
• Intenta no cambiarle la dieta que sigue normalmente, ya que esto podría provocarle trastornos digestivos. Una buena opción es llevar un recipiente con el alimento balanceado que ingiere todos los días.
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