Mas no es fácil dormir plácidamente en vuelo, y menos si vamos en un mínimo asiento de clase turista.
Por eso, recomiendo algunos secretos que pueden ayudar a conciliar el sueño en el avión, a parte de los medicamentos, que eso ya corre por vuestra propia cuenta.
Por empezar, hay quienes no duermen la noche anterior al vuelo para caer rendidos cuando suban al avión.
Otra medida es evitar el café, el té, las bebidas cola antes y durante el vuelo para que las sustancias energizantes no hagan efecto en nuestro cuerpo.
Al contrario de lo que podemos creer, tampoco es recomendable beber alcohol si queremos dormir. Es mejor beber mucha agua pues de otra forma podríamos deshidratarnos haciendo más difícil que conciliáramos el sueño.
Aprovecha el despegue para quedarte dormid@. Si eres de los que consiguen un sueño rápido, saca provecho de esos minutos en los que tu cuerpo experimenta los efectos de las fuerzas G causando somnolencia.
El iPod puede ser un buen aliado para caer en los brazos de Morfeo. Programa una lista de reproducción de varias canciones lentas que propicien el sueño. Está comprobado que la música relaja. Mejor si tienes auriculares con bloqueadores de ruidos externos.
Algunos alimentos como el pavo, el pan caliente, las almendras y el plátano por contribuir a relajar los músculos, también pueden ayudar para una siesta.
Mantén tu cinturón ajustado para evitar que la azafata te despierte para que lo ajustes en caso de turbulencia.
Viaja con ropa y zapatos cómodos. La altitud hace que se hinche el cuerpo y los pies; las prendas ajustadas no te dejarían dormir bien. Lleva calcetines extra para poder quitarte los zapatos sin pasar frío.
Si tienes espacio, lleva una pequeña almohada o una almohada hinchable en tu equipaje de mano.
Puede funcionar también la relajación o en viajes largos las películas tan malas que ponen en el avión.
Vía | LA Times En Diario del Viajero | Normas básicas para convivir en el avión