Reserva el billete con la máxima antelación posible, ya que esto te permitirá escoger entre las plazas más convenientes.
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Al momento de la emisión del pasaje, solicita que te muestren el mapa del avión, para que puedas elegir un asiento del lado de la ventanilla (para evitar los caminantes del pasillo) alejado de los baños (por el movimiento constante de gente) y cercanos a la salida de emergencia (ya que suelen ser los más cómodos por contar con un espacio extra).
Evita siempre la última fila, ya que allí no sólo los asientos se reclinan menos sino que además, al lindar con la cocina, estarás más propenso a los ruidos durante la noche. (En casi todos los vuelos hay pasajeros insomnes que suelen hacer de la cocina un punto de encuentro, mientras los demás duermen)
Para evitar el famoso Síndrome de la clase turista, lo aconsejable es hacer movimientos circulares con los pies, beber abundante agua (evitar bebidas alcohólicas) y caminar por el pasillo para permitir que el flujo sanguíneo transite normalmente y se evite la formación de trombos.
Un dato a tener en cuenta: en el lenguaje aerocomercial, la distancia entre asientos se denomina Pitch, varía de aerolínea en aerolínea y se mide en pulgadas. El estándar son 31", aunque hay algunas (sobre todo aquellas que ofrecen tarifas muy económicas) que han reducido esta distancia a tan sólo 30". Este no es un dato menor, ya que los especialistas aclaran que si se viaja en una aerolínea que ofrezca asientos por debajo de estas medidas, la salud del viajero se podría ver resentida con calambres, trombosis o contracturas.
En Internet, un buen lugar para consultar sobre compañías de Europa, América del Norte y Asia es Seatguru. En esta página, tienes toda la información técnica sobre las aeronaves y podrás acceder al famoso "mapa de asientos", donde a cada lugar se le ha asignado una calificación identificada como buena, regular o mala.
A partir de ahora, si tienes en cuenta estos consejos tus vuelos serán más cómodos y placenteros.