Debido a la pandemia de la COVID-19, viajar al extranjero no será fácil ni seguro en el corto plazo y probablemente también será complicado a medio plazo. Quizás no podamos viajar con seguridad, al menos hasta el desarrollo de las vacunas, por lo que la nueva normalidad en nuestros viajes de los próximos años hará que, probablemente hasta mediados de 2023, tendremos que tomar nuestras vacaciones de otra manera...
Muchos destinos están cerrados para los visitantes extranjeros y además, como efectos secundarios o daños colaterales de la pandemia de la COVID-19, han quebrado o cerrado muchas agencias de viajes, algunas aerolíneas y muchos centros hoteleros y restaurantes han cambiado su oferta o directamente no han abierto este verano.
Todos hemos experimentado cambios en este verano atípico y como ya comentamos, ha sido un año de quedarse en casa o viajar a segundas residencias o visitar a amigos dentro de nuestras fronteras para evitar viajar.
Viajes internacionales
Los viajes internacionales no volverán a la normalidad hasta dentro de mucho tiempo y la mayoría de los que tenían reservas a destinos extranjeros, las han visto canceladas. Recordad que tenemos derecho a la devolución del importe íntegro si la cancelación es por motivos de la covid-19.
Además, incluso aunque queramos viajar a destinos más o menos seguros, viajar es ahora más complicado. No hay tantos vuelos cada día como solía haber antes del coronavirus. También se ha visto reducida la frecuencia de los trenes e incluso en los transportes públicos, cuesta mantener la distancia social.
Al llegar a los destinos elegidos o incluso al regresar, puede que nos encontremos con restricciones, cuarentenas obligatorias o la necesidad de pasar pruebas serológicas o PCR para determinar si podemos pasar (o regresar) o tenemos que aislarnos un tiempo.
Por supuesto que todo esto es además de la obligación de llevar mascarillas en el transporte público, en las calles, en las playas o prácticamente en cualquier lugar, o ver cómo nos toman la temperatura o nos desinfectan con un rociado, todo ello por nuestra propia seguridad y la de los demás.
Los viajes nacionales
Los viajes nacionales -pasado el período vacacional veraniego- regresarán un poco más rápido que los viajes internacionales sobre todo por la posibilidad de viajar en nuestro propio vehículo o en tren sin tener que tomar vuelos y por las propias restricciones de otros países para evitar contagios importados.
Es posible que la gente prefiera hacer viajes nacionales durante un tiempo, para aprovechar los días de asueto con más facilidad, al no tener que aislarse al llegar al destino ni guardar cuarentenas a la vuelta. Además, todos confiamos más en nuestro sistema sanitario que en el de otros países donde no tenemos garantías de que nos puedan atender.
Qué cambiará en nuestro equipaje
Tendremos que aprender a hacer de nuevo las maletas, primero porque no va a ser fácil llevarlas con nosotros, -en avión muchas compañías han restringido el equipaje de mano obligando a llevarlo facturado en la bodega- y segundo porque mascarillas, geles hidroalcohólicos y otros artículos similares, nos acompañarán ahora en todo momento.
Tampoco resultará extraño llevar nuestras sábanas y toallas propias a los viajes, incluso cuando viajemos a casa de amigos o familiares. Además de tener la seguridad de no contagiarnos de viajeros anteriores, evitamos su limpieza a nuestros anfitriones.
Al no haber servicios de comida o bebida a bordo de trenes y aviones, tendremos que prever viajar con un termo con bebidas frías o calientes, un tupper con comida o un bocadillo y prever que en los destinos, ya no disfrutaremos de desayuno buffet en los hoteles.
La nueva normalidad en el alojamiento
En cuanto al establecimiento hotelero, apartamento o casa alquilada, esto también puede cambiar a partir de ahora. Los viajeros quieren seguridad y buscarán hoteles que garanticen una limpieza a fondo y donde se tomen las oportunas medidas preventivas.
También es natural que busquemos alojarnos en hoteles más pequeños para evitar contactos y masificaciones, o incluso hoteles o apartamentos en zonas menos turísticas, si bien incluso en los lugares más demandados la caída de visitantes ha sido notable este verano.
El turismo rural será una buena opción, siempre que se haga un buen trabajo de higienización del establecimiento, ya que nos ofrecerá destinos más seguros, paseos y actividades al aire libre, que nos proporcionarán más tranquilidad en esta nueva normalidad de los viajes.
Hasta que todo pase y los tratamientos y la vacuna estén funcionando a la perfección, viajará menos gente, lo que puede incidir en encarecimiento de los transportes y plazas hoteleras, y en el desarrollo y creación de nuevas formas de hacer turismo, más seguro y responsable.
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