La pareja canadiense Wayne Adams (escultor) y Catherine Rey (bailarina) decidieron huir de la vida capitalista consistente en trabajar para vivir y consumir cada vez más. Para ello, se fueron a vivir de manera autosuficiente construyéndose su propia isla flotante cerca de Tofino, en la Columbia Británica.
La isla artificial consta de doce plataformas interconectadas que sustentan su casa, un invernadero, un faro y, un jardín y hasta una sala de baile. Comenzaron a construir esta extraordinaria casa en 1992 y la han bautizado como Freedom Cove.
Vida autosuficiente
Los dos artistas sobreviven gracias a la venta de sus obras de arte en las tiendas locales, y complementan sus ingresos con verduras y frutas cosechadas durante el año de su propio jardín, además de la pesca.
Generan su propia electricidad con el uso de la energía fotovoltaica, y recogen el agua de lluvia y el agua de una cascada cercana para beber.
Con su faro en miniatura que funciona como una ducha y los edificios pintados de verde azulado brillante y rosa, más que una isla parece un parque temático.
El asentamiento tiene medio acre de tierra para cultivar cosechas comestibles. La cascada cercana proporciona agua durante verano, y de la lluvia durante el invierno. El asentamiento solía obtener su energía de unos 14 paneles solares, pero recientemente cambiaron a un generador después de que se estropearan.
Los visitantes son bienvenidos y pueden hacer un recorrido de junio a septiembre. Si os interesa visitar esta suerte de país compuesto por un matrimonio y sus hijos, algo así como una micronación, aquí tenéis más información para solicitar un tour.
A continuación tenéis un avance de un documental que se rodó sobre este lugar, producido por Great Big Story: