Pero ¿cuánto hay de cierto en ello? ¿Realmente el alcohol resulta más embriagante por el cambio de presión de la cabina, la altitud o cualquier otro factor?
Siento comunicaros que no, que el alcohol emborracha lo que emborracha, y solo es la cantidad de alcohol que ingerimos lo que determina los niveles de intoxicación etílica. Como la presión de la cabina es casi la misma siempre, la diferencia de cantidad de oxígeno que puede llegar a nuestro torrente sanguíneo es despreciable. Una investigación realizada por el profesor Bhushan Kapur de la Universidad de Toronto respalda la tesis, pues determinó que, en realidad, no hay ningún cambio en la sangre de los viajeros. Así que estamos ante otro mito viajero (aquí podéis leer otros tantos que ya llevamos analizados).
Un mito, por cierto, que se parece bastante al de que si beber con una pajita emborracha más, lo cual también es incierto, tal y como nos explica Alfred López en Ya está el listo que todo lo sabe.
¿Por qué no beber?
Además, los pasajeros que consumen demasiado alcohol pueden crear problemas que, actualmente, resultan difíciles de atajar, comprometiendo la seguridad y la comodidad del resto de pasajeros. Problemas como el que refleja esta noticia.
De hecho, la International Air Transport Association (IATA) está buscando que se promulguen leyes internacionales más coercitivas que permitan levantarle cargos a un pasajero beodo que se mete en problemas. Tony Tyler, director ejecutivo de la IATA, cree que esto es prioritario, porque la cantidad de incidentes reportados por las aerolíneas ha aumentado en los últimos años. Aunque quizá lo más fácil sería prohibir el alcohol, al igual que se prohibe el fumar.
El doctor Frank Preston, subdirector de los servicios médicos de la British Airways, también desaconseja tomar alcohol durante un vuelo porque puede producir deshidratación. ¿Por qué la deshidratación es más peligrosa en pleno vuelo? Porque el interior de los aviones en vuelo es particularmente seco.
El aire que penetra en la cabina cuando la aeronave vuela a gran altura es un aire carente de humedad. Y tomar alcohol contribuye a que el cuerpo humano pierda agua. La peor de las bebidas es el champán, que, además de alcohol, contiene gases, lo que puede producir dolores estomacales.
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Imágenes | Dilankf | Klaus Post