En la anterior entrega que relata este viaje por Malasia hablamos de los dos primeros días que pasamos en Kuala Lumpur, la capital de Malasia. Pero el gancho de este viaje era asistir al Gran Premio de MotoGP que se disputa en el Circuito de Sepang. Así que tras dos días de incansable turismo por la capital pusimos rumbo hacia el sur, a menos de 60 km del hotel en el que estábamos hospedados.
Conforme nos acercábamos al circuito se notaba más el ambiente motero que rodea a este tipo de eventos deportivos. A pesar de que Malasia no es un país con una cultura especialmente motera, el despliegue es tan impresionante como el de cualquier Gran Premio Europeo. Así que retomamos la narración donde la dejamos.
Días 3 y 4 Sepang y Putrajaya
Tras nuestro periplo por algunas de las atracciones turísticas de Kuala Lumpur llegó el sábado y el domingo, y con ellos los entrenamientos y las carreras del Mundial de MotoGP. Aquí podríamos decir que visto un circuito vistos todos, pero entonces no haríamos justicia a las estupendas instalaciones que configuran el circuito de Sepang, diseñado por Hermann Tilke e inaugurado en 1999. Está situado, como ya hemos dicho, a unos 60 km al sur de la capital y muy cerca del propio aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur.
Nuestros pases, pese a no ser pases de prensa, nos permitían acceder a buena parte del circuito. De esta manera podíamos elegir entre ver las carreras desde la cómoda posición de las suites situadas sobre los boxes y con vistas hacia la línea de meta o movernos por el circuito hasta llegar a las gradas o al enorme parasol conocido como Torre Petronas que es el emblema más conocido del circuito.
El único inconveniente es que en las gradas tenías que lidiar con las altas temperaturas y con la altísima humedad del ambiente, con lo que al final te pasabas el día caminando entre estas y la suit de línea de meta. Así te refrescabas un poco y podías volver a lidiar de nuevo con el exterior. Dicho así parece sencillo, pero os aseguro que los centenares de metros que separaban cada parte del circuito del reducto con aire acondicionado ya se hacían bastante duros de caminar a media mañana.
A pesar de ser este un Gran Premio de los más lejanos de Europa, la asistencia de espectadores es muy alta, cosa que viene dada porque es el único Gran Premio de MotoGP que se disputa actualmente en un país asiático continental. Lo que lleva a que muchos de los aficionados de los países cercanos se desplacen hasta allí con sus motos, algo que no pueden hacer ni en el GP de Japón ni en el GP de Australia.
Quizá por eso en la entrada del circuito se organiza un impresionante despliegue por parte de las marcas de motos y accesorios. Porque saben que habrá mucho espectador y siempre hay interés en ver las novedades del año en persona. Otra cosa es que puedan hacer negocios, porque los precios no son muy diferentes de los que vemos en Europa, y entre que el nivel de vida es un poco más bajo y que en muchos países las motos de gran cilindrada tienen que soportar impuestos de hasta el 300% lo que ves por la calle son muchas motos de pequeña cilindrada a las que se les da un uso principalmente utilitario.
La tarde del sábado, tras los entrenamientos en Sepang acabamos visitando Putrajaya, la capital administrativa de Malasia que fue edificada de la nada hace unos años. Para conocerla (de una manera muy superficial, pero muy bonita) nos dieron una vuelta en barco por el lago artificial que la rodea y que mide unas 40 hectáreas. Este lago está cruzado por una serie de puentes que imitan otros puentes tan famosos como el de San Francisco, el de la bahía de Sydney o el puente de Alejandro III de París. La excursión al atardecer es toda una experiencia y permite hacer unas fotografías impresionantes con tantos edificios a tu alrededor vistos desde el lago.
El domingo por la mañana tocaba madrugar de nuevo y volver al circuito. Con algo más de conocimiento de la zona lo que tocaba era prepararse para sacar las mejore imágenes de las diferentes carreras. Así que de nuevo, con la cámara a cuestas, un par de botellines de agua y mucha paciencia, tocaba patear por todo el circuito.
El resultado de las carreras lo podéis revisar en los artículos que se publicaron en Motorpasión Moto. Sólo comentar que, a pesar de que Valentino Rossi lleva unos cuantos años sin ganar un título Mundial, sigue siendo uno de los pilotos más queridos por la afición asiática. En el momento en el que adelantó a Jorge Lorenzo para situarse en cabeza de la carrera se oyó en todo el circuito un rugido como cuando marca un gol en el último minuto de un partido de máxima rivalidad una estrella futbolera. De igual manera, cuando Marc Márquez le adelantó ese rugido cesó. Porque el piloto español casi podríamos decir que está empezando su andadura en esa parte del mundo.
Una vez concluidas las carreras volvimos al hotel, a hacer la maleta y prepararnos para la siguiente etapa del viaje, la visita a la Reserva Nacional de Taman Negara. Pero eso lo podréis leer en la siguiente entrega.
En Diario del viajero | Especial Malasia (I) y (III)
En Diario del viajero | Malasia: Crisol de culturas en Penang