Encontrándose dentro de los terrenos del Palacio Real, no cabe duda de que el Wat Phra Kaew es un templo importante. Si su ubicación no fuera suficiente, admirar la hermosa y controvertida estatua del Buda Esmeralda que aloja en su interior supone un motivo de peso para hacerle una visita cuando viajemos a Bangkok.
¿Controvertida, por qué? La polémica se remonta muchos siglos atrás, a los orígenes de la efigie. Nadie sabe decir con exactitud si fue construida en India, Sri Lanka o incluso en la propia Tailandia, pero lo que sí es seguro es que la estatua ha pasado por muchas manos hasta llegar a su morada actual.
Si hacemos caso a la leyenda, desde su creación en el siglo I a.C el llamado Buda Esmeralda (que, por cierto, en realidad es de jade) habría recorrido buena parte del continente asiático en un tumultuoso viaje a través de India, Camboya y Laos antes de llegar a Chiang Rai, donde estuvo oculta mucho tiempo. Si nos aferramos a los datos puramente históricos, la estatua tendría sus orígenes en el siglo XIV, en el antiguo Reino de Lanna (norte de Tailandia).
Lo que sí es seguro es que una de sus últimas moradas fue Chiang Mai, donde permaneció desde 1468 hasta 1552. A mediados del siglo XVI, sus vecinos del Reino de Laos se hicieron con ella llevándola a Luang Prabang, y no sería hasta el año 1779 (más de dos siglos después) cuando el Buda regresase a Tailandia para quedarse definitivamente.
Desde el año 1784, el Buda Esmeralda puede ser admirado en el Wat Phra Kaew del Palacio Real, constituyendo una de las atracciones principales del complejo. Teniendo en cuenta que tanto Camboya como Laos reclaman su legítimo derecho a poseerlo en su país, su visita resulta cuanto menos curiosa, aunque no esperéis tenerlo frente a frente: el único que puede acercarse... es el rey.
Un último consejo: En el patio que precede al templo no perdáis de vista la maqueta a escala que hay de Angkor Wat, ni dejéis de admirar el maravilloso acabado de los tejados naranjas y verdes, las estupas doradas y las garudas que protegen el edificio, ¡sublime!
Foto | Dennis Jarvis En Diario del Viajero | Guía de Templos de Bangkok