La entrecruzada de caminos, culturas, ideas, mercancías y personas que suponía, y en cierto modo sigue suponiendo Kashgar hizo de ella la ciudad ideal en la que comerciar con bienes de alrededor de Eurasia. Los mercados se llenaban de especies, de alfombras persas, de porcelana china y por supuesto, de tejidos de seda.
En la actualidad, las cosas han cambiado mucho, y ahora en los mercados de Kashgar uno encontrará lo que encuentra en cualquier mercado de Asia Central así como todo tipo de electrónica china barata. No obstante, a las afueras de la ciudad, a un corto trayecto en autoestop –muy fácil en esa zona- o en taxi, cada domingo se celebra un mercado capaz de transportar al viajero a la época de esplendor de la Ruta de la Seda.
El Mercado Dominical de Kashgar rebosa de actividad desde plena mañana, cuando se llena de todo tipo de animales vivos que del mismo modo que se hacía centenares de años atrás se venden a quién mejor paga por ellos. El espectáculo es sublime, y la oportunidad para interactuar con los locales y probar su comida no debe desaprovecharse. Fácilmente uno estará en el mercado durante horas y horas sin enterarse…
Imagen | Allan Grey En Diario del Viajero | Tus fotos de viaje: Kashgar