No obstante, una de las especies más peculiares que afortunadamente todavía se pueden encontrar en el continente es un tipo de delfín que habita los ríos y deltas de algunas zonas asiáticas. Se le conoce como el delfín de Irrawaddy ya que era un animal muy común en el río del mismo nombre.
Sin embargo, lo que hasta aquí podría parecer una simpática curiosidad, es en realidad un serio problema: el delfín de Irrawaddy estuvo a punto de extinguirse, pero por suerte su población comienza a repuntar al alza en lugares como el delta del Ganges, en Bangladesh o en el propio río Mekong gracias a los esfuerzos de las organizaciones ambientales locales.
Un buen lugar para observar a estos tímidos cetáceos es sin duda el tramo del río Mekong que pasa por la ciudad de Kratie, en el este de Camboya. Llegar a ella es fácil desde la capital (unas 5 o 6 horas en autobús). A tan sólo 15 kilómetros al norte de la ciudad, está la pequeña aldea de Kampi, desde donde os será fácil encontrar a un barquero que os quiera pasear por el río durante un rato y si estáis de suerte, poder ver alguno de los delfines que en esa zona habitan.
La experiencia es única y vale la pena tener mucha paciencia ya que sólo saldrá algún delfín cerca cuando llevéis un buen rato con el motor parado y sin hablar demasiado alto. Otra de las muchas experiencias (sin duda, muy peculiar) que se pueden vivir en Camboya.
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