Para ir al centro lo mejor es ir, o bien en taxi (preferiblemente si es de línea, es decir, contratado por teléfono o en las estaciones identificadas) y por metro, siempre y cuando no sea en lo que llamamos las "horas pico", alrededor de mediodía o hacia las 5 de la tarde cuando todos salen del trabajo. Para nuestro viaje imaginario es media mañana, así que no debemos tener mayores problemas y les sugiero que comencemos el recorrido por la propia plaza Bolívar que ha sido, y sigue siendo (con precauciones y mientras haya sol), un lugar importante de reunión para los caraqueños. Una de las estampas típicas de la plaza es la de un grupo de señores mayores, vestidos a la antigua usanza, incluso con sombrero, que se reúnen en una esquina a conversar todas las tardes. Hasta hace poco, a las 6 de la tarde podía escucharse a la banda marcial de la ciudad tocando el himno nacional a la hora de bajar la bandera que ondea allí desde las 6 de la mañana.
En el centro de la plaza se encuentra, desde 1874, una estatua ecuestre de Simón Bolívar realizada por el escultor escultor Adán Tadalini (que es la que ilustra el post). Se cree que aquí Diego de Losada fundó la ciudad en 1567. A su alrededor encontramos algunas de las más importantes edificaciones históricas que recuerdan algunos de los eventos más importantes aquí ocurridos, como la revuelta de 1810 que dió inicio a la Independencia. Estos edificios son la Catedral de Caracas, El Palacio de Gobierno, El Palacio Municipal, La Casa Amarilla (sede de la Cancillería) y El Capitolio.
Una de las visistas más interesantes que puede hacerse en este lugar es la del Museo Sacro, que se encuentra al lado de la Catedral de Caracas. Es uno de los espacios en los que se muestra la manera en la cual se construyó la ciudad y cómo los distintos cambios de gobierno fue dándole un uso distinto a los espacios. Este Museo está construido sobre lo que fueron los terrenos de un cementerio, pero a partir de 1876 dejó de servir a tal propósito. En el Sacro normalmente hay exposiciones de lo que fue la vida eclesiática de la ciudad durante la colonia y la época de Independencia, incluyendo vestimentas de la época y parte de las excavaciones del lugar.
Unas calles más abajo en la que es probablemente la única calle empedrada de la ciudad podremos visitar la Casa Natal del Libertador Simón Bolívar que es, junto a la Quinta Anauco, la vivienda mejor conservada de la época de la Colonia. Existe una visita virtual que puede permitirles hacerse una idea, sin embargo, una de las cosas que mayor atractivo tiene de la visita son las obras de Tito Salas y de Martín Tovar y Tovar que adornan las paredes.
Ya que lo mencioné, un complemento muy interesante a este paseo es la visita a la Quinta Anauco, que no queda en esta zona asi que tendríamos que ir en taxi de nuevo. Se trata de la casa del Marqués del Toro (aunque había sido construida por Juan Javier Mijares de Solórzano y Pacheco en el siglo XVIII) y que se encuentra al pie del Ávila en la urbanización de San Bernardino. Esta mansión demuestra, como ninguna otra, la arquitectura del momento así como las costumbres de la época, con su patio para secar el café, la cocina de piedra y baldosas y, una de las cosas que más llama la atención, el baño que es surcado por un pequeño riachuelo que baja de las montañas.
Suficiente por hoy, al menos por la mañana. Lo mejor ahora es ir a almorzar a algun restaurante para lo cual idealmente nos movemos un poco más al este o en la zona de La Candelaria que sigue resguardando lo mejor de la cocina española en Caracas. A ella le dedicaré un apartado especial porque bien que lo merece, sin embargo, creo que mejor ir introduciéndolos en la culinaria local. No olvidar comer arepas, cachapas, queso de mano, caraotas (frijoles negros), asado de carne. ¿Vamos? (que se me hace agua la boca)
En Diario del Viajero | Venezuela