Estamos enfrentando una nueva situación de emergencia sanitaria mundial: la fiebre porcina que surgió estos días en México. La extensión de la misma al resto del mundo, es un hecho que pocos se animan a negar. Pero ¿qué hacen las compañías aéreas frente a una emergencia sanitaria mundial de esta naturaleza?
Impedirlo es como tratar de parar la luz del sol con la mano. Por ello, y a raíz de la experiencia conseguida durante el inicio de la pandemia de la fiebre aviar en el año 2005, la Organización Mundial de la Salud y la IATA (International Air Transport Association) han elaborado en conjunto protocolos de acción que, lamentablemente, se han activado nuevamente estos días.
De acuerdo a la experiencia anterior, se ha preparado desde el 2005 un Plan mundial de la OMS de preparación para una pandemia de influenza (aquí el PDF de la versión en español ) y junto con la IATA han publicado recientemente la guía de acción a aplicar por las empresas aéreas previendo la dispersión de los agentes a través de vuelos internacionales (aquí el PDF en inglés del Emergency Response Plan - Public Health Emergency ).
Vamos a sintetizar algunas de las muchas medidas que se toman en cada eslabón de la cadena de servicios aéreos frente a una pandemia:
Aproximadamente el 50% del aire dentro de un avión es reciclado. El proceso de reciclado del aire indica que debe pasar por filtros HEPA (high efficency particulate air). El índice de remoción de bacterias y virus de estos filtros es del 99.999%.
Si bien no hay evidencia alguna que la fiebre porcina ( Swine Influenza ) pueda transmitirse por el contacto de objetos, sino exclusivamente por vía aérea entre humanos (ver post anterior: Fiebre porcina en México. Consejos para el viajero), las autoridades de los aeropuertos instan a las empresas aéreas y terceros que manejen carga y equipaje, a extremar el cuidado en la manipulación especialmente en los vuelos procedentes de zonas afectadas.
Instrucciones al personal de cabina
Todo el personal a bordo de un vuelo ha recibido instrucción especializada para esas emergencias. Las compañías aéreas dotan a cada tripulación del material necesario para dar a conocer y enfrentar la posibilidad de casos durante el vuelo.
Deben estar alertas y comunicar si un pasajero o miembro de la tripulación presenta fiebre de 38 grados o más asociada con alguno de los siguientes síntomas: mal estado general, tos persistente, accesos de tos, diarrea, vómitos, hemorragias, picazón o estado de confusión.
En tal caso deben seguir las indicaciones ya previstas (ver enlace del título) para aislar al enfermo y avisar a tierra el caso para que se determine el curso de acción (regreso al origen o prosecución del vuelo). En ambos casos se pone en marcha el apoyo sanitario en tierra y apoyatura a distancia.
El personal encargado de la limpieza del avión arribado desde una zona infectada, tiene instrucciones precisas sobre el equipamiento personal y medidas a tomar para realizar su tarea. Deben usar guantes descartables y mascarillas, secuencia de limpieza, desinfección total del interior del aparato, etc.
Las empresas aéreas pueden aislar un pasajero o miembro de la tripulación aún antes de embarcar en caso de presentar los síntomas mencionados. Todos los casos sospechosos son avisados a las autoridades sanitarias del aeropuerto de salida o de llegada.
Los pasajeros desde/hacia zonas donde se presente la fiebre, deberán completar un formulario con sus datos para poder hacer un seguimiento y poder contactarlos en caso de necesidad.
Por el momento, la Organización Mundial de la Salud no ha elevado el nivel de alarma general (está en este momento aún en nivel 3) por lo que no existen restricciones para viajar a México u otras zonas infectadas .
La International Civil Aviation Organization y la IATA trabajan junto con la OMS para establecer las medidas necesarias de acuerdo al progreso de la emergencia sanitaria.
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