Cada vez más me da la impresión de que hechos trascendentales del pasado se desconocen cuando existe un gran interés por conocerlos. Nos encantan las historias, nos gustan las películas, necesitamos argumentos en los que reconocernos. La Historia española está llena de ellos porque el país ha sido cuna de personajes arrojados como pocos. Con sus sombras pero también con sus luces.
No pretendo formular juicios morales con criterios de hoy en día respecto a hechos acaecidos hace cientos de años. Afortunadamente, de entonces a ahora hemos elaborado algo llamado derechos humanos y legalidad internacional. Lo que entonces se permitía o se veía como normal, ahora no lo es. Cada época ha de juzgarse con la moral de la época. Sin embargo, los seres humanos pueden evaluarse ante las circunstancias con los criterios de hoy.
Y entonces, estos personajes que voy a perseguir por la geografía norteamericana solo pueden crecer.