La Patagonia ha ganado gran fama turística por sus planicies infinitas, por sus glaciares y por unas de las mejores rutas de trekking del mundo junto a las del Himalaya. Pero existe otra Patagonia menos transitada y es en esta donde encontraremos los fiordos patagónicos.
Desde Puerto Natales en la Patagonia chilena podremos comenzar una aventura diferente. Pero antes de embarcarnos no debemos dejar de visitar el increible Parque Nacional Torres del Paine que se encuentra en los alrededores.
No tendréis perdida a la hora de localizar uno de los ferries que durante tres noches y cuatro día navega de Puerto Natales a Puerto Montt, ya que únicamente existe una compañía que realiza esta travesía. Estas embarcaciones no son solamente utilizadas para el transporte de pasajeros, sino que sirven también de cargueros para transportar por la única vía posible, materiales, alimentos, ganadería a algunas regiones de la Patagonia chilena.
Durante el Pleistoceno, grandes glaciares horadaron profundos valles de paredes verticales en la Cordillera de los Andes; el nivel del mar aumentó al retirarse estos e inundó los valles más cercanos a la costa, creando un extenso sistema de canales y fiordos.
Muchas de las islas que componen el archipiélago de la región de Magallanes no han sido aún exploradas por el ser humano. El silencio solo es roto por los aullidos del viento y por el eco de las cascadas que se forman en algunas laderas de las montañas. Alarces milenarios visten algunos de los islotes con un abrigo boscoso gracias a las abundantes lluvias provenientes del Océano Pacífico.
En estas latitudes el viento campa a sus anchas desde los hielos continentales abriéndose paso hasta el Pacífico. En el Golfo de Penas encuentra vía libre a su esencia impetuosa escapando así de las cavidades laberínticas que tuvo que recorrer en su paso por los fiordos patagónicos.
Esta región del planeta es una de las más inhóspitas y es extraño encontrar mas presencia humana que los voluntariosos marineros que faenan por estas costas y algún que otro farero que habita en faros perdidos de los muchos promontorios rocosos que se levantan sobre estos horizontes.
Es cierto que la navegación en el interior de los canales es muy calmada durante todo el año, pero para aquellos que disfrutan de los nombres de leyenda y la aventura, les informo que el ferrie atravesará el legendario Golfo de Penas. En este punto, el Pacífico nos saluda, pero no siempre lo hace con educación y delicadeza. Tendremos que navegar entonces en océano abierto sin el resguardo que ofrecen los fiordos.
El cuarto día y después de haber cruzado antes de llegar a Puerto Montt el golfo que ganó su fama a base de fuertes temporales, me pregunto como unos simples vientos alisios calmados a la entrada de los canales, hicieron a Magallanes cambiar el nombre de Mar del Sur que Vasco Núñez de Balboa había dado al nuevo mar descubierto en septiembre de 1513, por el de océano Pacífico. Tras vivir las intensas experiencias de los fuertes vientos de estas latitudes algunos capitanes de barco que surcan estas aguas se suelen hacer la misma pregunta.
Contemplar esta belleza obliga a pagar en ocasiones una alta tasa. Normalmente los lugares poco transitados por el hombre se localizan en regiones con tiempos extremos, dónde las condiciones para la vida rayan lo inhumano. Tenemos que estar listos para cualquier eventualidad. La aventura en esta clase de actividades y en estos entornos naturales siempre puede emerger de imprevisto. Es una tasa elevada, pero es un precio que estoy convencido que muchos de los que amamos viajar no nos arrepentiremos de seguir pagando.
Antes de arribar a puerto podremos disfrutar de uno de los paisajes más sobrecogedores de toda la navegación cuando surquemos las aguas entre el archipiélago de Chiloe y el continente.
Si bien los marineros tienen una máxima que dice:"si no crees en Dios, el tiempo y la mar te enseñarán a creer en él" espero que las personas que decidan empreder esta navegación no tenga que corraborar la misma. Personalente puedo aseguraros que en algunas ocasiones se ajusta bien a la realidad. Mientras atravesé fuera de temporada el Golfo de Penas vi a muchos ateos implorar al supremo como el mayor de los beatos.
Así que todo aquellos que no sean demasiado propensos a la aventura les recomiendo que antes de emprender este viaje consulten las condiciones climáticas en las fechas elegidas. Curiosamente los particulares vientos de la Patagonia disminuyen de intensidad en invierno preparándose para cobrar fuerzas al comienzo del verano.
¡Buena navegación!
Imágenes | Víctor Alonso En Diario del Viajero | Ushuaia: el fin del mundo desconocido, MuyPatagonia, un blog sobre la Patagonia argentina y chilena