Por general la ruta viajera por la ciudad de Nueva York hasta el sur de la isla de Manhattan (y ahora nuevamente hasta Ellis Island y la Estatua de la Libertad a partir de su reapertura). Por el norte el Central Park parece marcar una frontera mental a la mayoría de los turistas, aunque son muchos también los que no quieren perderse ese retazo medieval llamado The Cloisters.
Sin embargo, el nombre de Bronx supone un límite intangible, llevados por la mala fama que cosechara en algún momento, este barrio no suele ser muy caminado por los turistas salvo para acercarse como voyeurs a escuchar una misa gospel o entrar a algún garito de jazz. Una pena. El barrio del Bronx tiene mucha vida interesante para ver.
Y hablando de vida, nada como acercarse a la Avenida Arthur para realizar un recorrido gastronómico que nos sumergirá de golpe en un ambiente italiano al 100%... auténticamente italiano, dos o tres generaciones después de haber cruzado el charco atlántico.
Más allá de la conocida como Little Italy o Pequeña Italia en el sur de Manhattan, aquí en el Bronx viven miles de descendientes italianos que han conservado sus raíces, sus costumbres, sus acentos, en el día a día. Sobre ellos han montado sus comercios, muchos de ellos dedicados a la gastronomía (¿cómo no?).
¿Por qué aquí?
La Avenida Arthur lleva el nombre del Presidente Chester Arthur. Podemos vernos "cara a cara" con este presidente en una esquina del Madison Park (Avenida Madison y la calle 26 en el centro) donde está su estatua (ese señor de abundantes patillas y bigote) o visitar la casa donde vivió la mayoría de su vida, en el 123 de la Avenida Lexington (a 300 metros de su estatua).
A finales del siglo XIX y los primeros años del XX, los italianos rcién llegados a "América" se fueron estableciendo en esta zona para trabajar como obreros en la construcción del Zoológico del Bronx (que por cierto, es gratis los miércoles). Poco a poco la población de inmigrantes fue creciendo gracias al "efecto llamada" y familias enteras cruzaron el Atlántico con la seguridad de que aquí encontrarían alguien esperándoles. Y allí se quedaron.
Se calcula que en la primera década del siglo XX vivían aquí aproximadamente 100.000 italianos.
Hoy en día, la Avenida Arthur reúne lo mejor de los sabores de la Italia auténtica en formato de pequeñas tiendas y mercados populares donde encontrar todos los ingredientes más utilizados en la península. Pescaderías, panaderías, carnicerías donde el dueño te atiende desde detrás del mostrador bajo banderas italianas y americanas por igual.
Algunos ejemplos:
- La Casa de la Mozzarella (604 E. 187th St), dirigida por descendientes sicilianos
- El mercado de pescado de Cosenza (2354 Arthur Ave) con puestos donde encontrar desde ostras a pulpo portugués
- La carnicería Biancardi (2350 Arthur Ave)
- La panadería Madonia (2348 Arthur Ave.) con auténticos biscotti y cannoli
- La cafetería Cerini (2334 Arthur Ave) donde comprar y beber café all uso italiano
- Las pastas frescas de Borgatti (632 E. 187th St)
Y una decena de restaurantes, trattorias y bares donde comer como en cualquier pueblo italiano. Unos pocos cientos de metros donde tomar contacto con historia y cultura "auténticamente neoyorquina"... o sea una atractiva mezcla que merece visitarse.
Foto| Lisa Tozzi En Diario del Viajero | Nueva York gratis