San Juan Parangaricutiro, situado en la meseta del Purépecha, en el estado de Michoacán, en el centro de México, sufrió la erupción del volcán Paricutín en 1943. Ésta se prolongó durante más de nueve años en los que San Juan fue prácticamente enterrado en lava. Sin embargo, parte de la iglesia milagrosamente sobrevivió.
Por fortuna, no hubo daños personales pues la población fue evacuada y más tarde trasladada a una hacienda a treinta kilómetros de la ubicación original. Allí resurgió el Nuevo San Juan Parangaricutiro.
Desde luego, la imagen de la iglesia entre piedras volcánicas y lava no deja indiferente y la proponen como una de las maravillas naturales del mundo. Sin embargo, detrás de lo insólito del lugar, hay quién se aferra a lo sobrenatural, mientras otros creen que el milagro es debido a la resistente estructura de la iglesia. Lo cierto es que una de las torres y el ábside soportaron los nueve años de erupción.
Me ha impactado ver el lugar donde están los restos de la iglesia en Google Maps, rodeada de un manto negro procedente del cercano volcán.
Foto | mickou Vía | DailyMail En Diario del Viajero | Visita a Chichén Itzá en Yucatán, México